Entre los pasillos del supermercado, Mariana Zapién, ingeniera en alimentos, comparte con nosotros qué cuatro productos ha decidido eliminar de su lista de la compra.
Es por eso por lo que, en uno de sus vídeos, nos invita a ser conscientes de nuestras elecciones alimenticias. Así como de prestar atención a detalles que podrían pasar desapercibidos.
Latas severamente maltratadas o abultadas
Mariana nos advierte sobre las latas que han sufrido un trato injusto. Las que están severamente maltratadas o abultadas pueden ser un peligro, ya que el sello de la lata puede haber cedido, permitiendo la entrada y desarrollo de microorganismos patógenos.
Sin embargo, nos tranquiliza al señalar que un golpe ligero no representa un riesgo inminente. El recubrimiento interno de la lata es lo suficientemente flexible como para resistir abolladuras leves.
Frutas cortadas y envueltas en plástico
El segundo elemento en la lista de Mariana Zapién son las frutas que han sido cortadas y luego envueltas en plástico. Esta práctica, aunque común, puede plantear problemas de higiene, manejo y almacenamiento.
Los utensilios utilizados para cortar la fruta pueden ser portadores de microorganismos no deseados, lo que subraya la importancia de optar por frutas frescas y enteras siempre que sea posible.
Alimentos con cristales de hielo visibles
Un vistazo a través del envase revela cristales de hielo, y Mariana nos alerta sobre la ruptura de la cadena de frío. Este fenómeno indica que el producto ha experimentado descongelación y recongelación, un proceso que puede propiciar el crecimiento de microorganismos y afectar la calidad del alimento.
Es un recordatorio de que la frescura y la integridad de la cadena de frío son cruciales para garantizar productos de calidad.
Alimentos preparados a temperatura ambiente
La cuarta advertencia de Mariana Zapién nos lleva a los alimentos preparados que se exhiben a temperatura ambiente. La temperatura entre 5 y 60 grados es el rango perfecto para que los microorganismos se reproduzcan rápidamente, lo que podría dar lugar a enfermedades transmitidas por alimentos.
En resumen, la ingeniera nos brinda estas recomendaciones no para sembrar el miedo, sino para hacernos conscientes de nuestras elecciones alimenticias. Así que la próxima vez que estés en el supermercado, toma un momento para inspeccionar cuidadosamente tus elecciones ¡y elige sabiamente!