La conducción en zonas de obras pronto dejará de depender exclusivamente del buen juicio de los conductores. En Estados Unidos, una nueva medida automatizada está a punto de cambiar las reglas. Y es que, una vez más, las autoridades buscan frenar una preocupante tendencia al alza en los accidentes de carretera.
El DMV y el Departamento de Transporte de Colorado han decidido tomar cartas en el asunto. En una autopista cercana a Boulder, se aplicará un sistema tecnológico para identificar infracciones. El objetivo no es castigar, sino proteger vidas en zonas de riesgo elevado.

Las nuevas cámaras de control automático entran en acción
A partir del 21 de julio, los conductores que excedan el límite de velocidad en una zona específica recibirán una advertencia. Las cámaras instaladas en la autopista 119 comenzarán a detectar excesos de al menos 10 mph por encima del límite. Por ahora, las sanciones se limitarán a una carta de aviso al domicilio del propietario.
Sin embargo, este aviso será solo el primer paso, para otoño, los dispositivos comenzarán a generar multas automáticas de 75 dólares por vehículo infractor. La zona controlada cubre un tramo de 10 millas entre Boulder y Longmont y, según señala el CDOT, esta decisión responde a un repunte alarmante en la siniestralidad. En 2023, murieron 31 personas en accidentes en zonas de obras en Colorado, eso representa casi el doble que el año anterior.
“Las zonas de trabajo son áreas de alto riesgo con carriles estrechos y cambiantes”, afirmó Keith Stefanik. El ingeniero jefe del CDOT enfatizó que “este programa se trata de proteger vidas, no de castigar”. Las condiciones de tráfico en estos entornos hacen que el exceso de velocidad sea especialmente peligroso.

Unas medidas similares en otros estados ya generan polémica
El aumento de vigilancia no se limita a Colorado, en California, una nueva ley ha generado más de medio millón de dólares en sanciones en solo tres meses. Se trata de la ley AB 413, conocida como la norma de “iluminación natural”. Esta medida prohíbe aparcar a menos de 20 pies del comienzo de cualquier cruce peatonal, marcado o no.
Su objetivo es mejorar la visibilidad de los peatones y evitar atropellos, especialmente en el caso de personas con discapacidad visual. En San Diego, la aplicación comenzó en marzo y ha causado miles de sanciones, entre marzo y mayo se emitieron más de 6.400 multas, que suman ya unos 660.000 dólares. Las previsiones apuntan a que esta cifra podría duplicarse a fin de año.
Vecinos de barrios como North Park denuncian las dificultades para aparcar desde que se aplica la normativa. Las sanciones automáticas han generado tensión entre residentes y autoridades. Aun así, las autoridades insisten en que la seguridad peatonal es prioritaria.