Hombre con gorra negra que dice DOGE y un logo de Dodge al lado sobre fondo colorido desenfocado

Dodge no se rinde: el nuevo modelo de coche que plantará cara a Tesla en EE. UU.

Mientras otros apuestan por lo eléctrico, Dodge responde con músculo, gasolina y un nombre que promete guerra

Dodge vuelve al barro con una nueva propuesta que no suena precisamente silenciosa. Después del frío recibimiento que tuvo el Charger eléctrico, la marca estadounidense parece haber tomado nota. Y ahora estaría preparando su regreso a lo que mejor sabe hacer: coches musculosos, potentes y sin filtros.

Todo comenzó con una solicitud ante la Oficina de Patentes de Estados Unidos. En ella aparecen dos nombres clave: "Outlaw" y "Charger Outlaw". Eso fue suficiente para que comenzaran los rumores y esta vez, no suenan a ciencia ficción.

Concesionario de autos Tesla al atardecer con varios vehículos estacionados al frente.
Los coches eléctricos siguen creciendo en el mercado | Tesla

Un nombre que no pide permiso

El nombre "Outlaw" no es casualidad, evoca rebeldía, fuerza, y una actitud desafiante que casa perfectamente con la tradición Dodge. Este modelo no parece estar diseñado para complacer, sino para romper moldes. Los informes apuntan al uso del nuevo motor Hurricane de 3.0 litros.

Un biturbo que en su versión más bestia puede alcanzar hasta los 550 caballos, más que el legendario V8 HEMI de 6.4 litros que animaba al Scat Pack. La tracción total también formaría parte del paquete y eso es una clara señal de que Dodge va en serio. Esto no es humo, es gasolina.

El último muscle car con alma

En un mercado donde todo tiende hacia lo eléctrico, Dodge parece resistirse. Ford ya empuja su Mustang Mach-E y Chevrolet ha cerrado el capítulo del Camaro. Pero Dodge responde con lo que siempre ha funcionado: ruido, potencia y actitud.

Billetes de cien dólares estadounidenses con el logotipo de Tesla sobre un círculo rojo
Tesla ha experimentado pérdidas significativas en su valor de mercado | Getty Images Signature, Tesla

El Charger Outlaw sería un guiño a los fans desencantados con el Charger EV. Un recordatorio de lo que hizo grande a la marca. Y, quizás, una última celebración de los muscle cars clásicos antes de que el rugido se apague.

También hay rumores sobre el regreso del motor HEMI. Quizás como una edición especial, un homenaje final. Una despedida con gasolina en las venas.

Más que un coche: un símbolo

Un Charger no es solo un vehículo, es una declaración de intenciones, una actitud al volante. El Charger Outlaw podría ser el último bastión para quienes aún vibran con el rugido de un motor. Si finalmente ve la luz, lo hará con fuerza y para muchos, será el coche que estaban esperando desde hace tiempo.

Uno que no pide perdón y que tampoco busca adaptarse porque algunos no quieren silencio. Quieren que el coche se oiga antes de verlo y eso, Dodge lo sabe.