La Ley de Arrendamientos Urbanos puede tener ciertos vacíos legales de los que muchos se aprovechan a la hora de rescindir un contrato de alquiler. Así lo afirman, por ejemplo, desde asociaciones como el Sindicato de Inquilinos.
Este sindicato ha denunciado a Infobae que, en el último tiempo, han aumentado los caseros que reclaman a los inquilinos las viviendas antes de la finalización del contrato. Según afirman, el objetivo es subir el alquiler para volver a colocarlos en el mercado.
Esta excusa es muy común para terminar el contrato de alquiler
Obligar al inquilino a abandonar la vivienda antes del final del contrato de alquiler es algo ilegal. De hecho, tan solo se puede hacer bajo causa de fuerza mayor, como recoge la ley.
En el Artículo 9 de la LAU se recoge como un supuesto extremo el derecho del propietario a recuperar la vivienda cuando la necesita él mismo o un familiar de primer grado. Esto se ha convertido en “una práctica bastante común” según el Sindicato de Inquilinos.
Qué dice la ley al respecto
La ley que se aprobó en 1994, en un primer momento, exigía que en el contrato hubiera una cláusula de preaviso si el propietario deseaba que los inquilinos se tuvieran que marchar de la vivienda ante algún imprevisto.
Después, en 2013, la cláusula desapareció. Los propietarios podían reclamar la vivienda tras el primer año del contrato. Con la reforma de 2019 se volvió a tener que reflejar en el contrato por qué el propietario necesitaba el inmueble antes del fin del contrato.
Como recogen desde Infobae, el Ministerio de Vivienda actual afirma que “en la LAU no aparece nada” capaz de proteger al inquilino ante estas prácticas. Además, no han confirmado si pretenden diseñar algún plan para cambiar esto.
El objetivo es subir el precio del alquiler
El Sindicato de Inquilinos afirma que “son muchos los inquilinos que han llegado porque sus caseros, de la noche a la mañana, les han comunicado que necesitan la vivienda para su uso personal (o para su hijo)”.
Sin embargo, confirman que, en realidad, esto es solo “una excusa para saltarse la ley y no respetar los años de contrato que les quedan para poder subir, aún más, el precio de los alquileres”.
Cómo se puede evitar esta práctica
Puede que los caseros contacten con los alquilados para que abandonen la vivienda y el contrato no refleje esta situación. Como no es una cláusula obligatoria, el propietario es quien lleva las de ganar.
No obstante, desde el Sindicato de Inquilinos consideran que “si el casero no incluyó una cláusula que recogía esta posibilidad, no se podrá aplicar”. Es decir, hacerlo “sería ilegal”.