Un partido de fútbol entre selecciones debería ser solo un juego, pero en el caso de los Balcanes se convierte en una cuestión nacional, algo que va más allá del mero deporte. Comencemos un pequeño repaso de historia en esa región europea.
Que Serbia confundiera el proyecto yugoslavo con una gran nación serbia no es un misterio, algo que choca con el proyecto de la Gran Albania, también denominado Albania Natural. Esto es, el sueño de unificar a todos los albaneses en un único estado que incluiría Albania, Kosovo, sur de Montenegro, Joannina, Igoumenitsa y Corfú, además de Ohrid y el norte de Macedonia, y sobre todo algunas regiones del sur de Serbia. A raíz de esos territorios ocurrieron los problemas el pasado 14 de octubre de 2014, cuando un dron con la bandera de la Gran Albania hizo su aparición en el partido entre ambos combinados.
Obviamente es un proyecto que llevaría a Albania a enemistarse con muchos de sus vecinos, sobre todo teniendo en cuenta la dificultad de reconocer un pasado en común del pueblo albanés, un origen. Ellos sostienen que su ascendencia sea iliria, donde encuentran los nacionalistas las legítimas aspiraciones para dominar media península balcánica bajo su bandera.
El nacionalismo pan-albanés, como todos los nacionalismos, se basa en mitologías e historias creadas para llenar los libros de historia, y todo esto causa hoy una gran inestabilidad en todos los países que colindan con Albania. Pero no solo eso, también hay diferencias entre los propios albaneses, tanto que no existe ni siquiera una unidad entre ellos. Existen divisiones internas entre albaneses del norte y del sur, y si esta diferenciación no fuera suficiente también se distinguen entre albaneses yugoslavos o las divisiones de base religiosa.
En el pasado mundial, al no poder apoyar a su propia selección, los albaneses sostenían en su mayoría a Alemania, Suiza e Italia, pero ahora la cosa ha cambiado gracias a las clasificaciones para la Eurocopa 2016 de Francia. El pueblo albanés puede soñar con su águila bicéfala en la máxima competición continental. Pero aquella bandera de la Gran Albania, que hizo suspender el Serbia-Albania del 14 de octubre de 2014 provocó que la UEFA invalidara aquel partido.
Un incidente que podría haber causado los mismos incidentes en varios países como Grecia, Macedonia o Montenegro, pero sobre todo que puede dejar a Albania y al pueblo albanés fuera de la Eurocopa. Pero hay un punto fundamental alejado del deporte, ambos países están en fase de adhesión a la Unión Europea, al igual que lo están Macedonia y Montenegro. Si no pueden jugar un partido de fútbol en paz, ¿Podrán pensar en un proyecto de unión pacífica?
Esta noche veremos como está el barómetro nacionalista de los Balcanes y como ha cambiado la situación en un año, sea como sea, un Serbia-Albania, siempre es una cuestión nacional.