Con un fútbol escaso el Atleti logró imponerse a la Real Sociedad en Anoeta gracias a un golazo de Griezmann en los primeros minutos y a otro postrero de Carrasco en los minutos finales. Un partido más, los de Simeone priorizaron el resultado sobre el juego y se dedicaron a defender con excesivo recelo al adelantarse en el marcador cuando aún quedaba todo el partido por delante.
Este planteamiento dio alas a un rival que no consiguió hacer daño a los rojiblancos por mérito propio, pero que logró acercarse al gol en los minutos finales haciéndose valer solo del empuje y aprovechando que el Atleti se encerraba demasiado atrás. Al final el resultado prevaleció sobre el juego y los tres puntos viajaron a Madrid.
Koke, que regresaba al once tras superar su lesión, fue el primero en probar fortuna. El canterano remató de cabeza en el minuto 4, tras pase desde la banda de Filipe, pero no tuvo mucha fe en el gesto y el balón salió desviado. Momento de asentarse en el partido para los dos equipos, lo único que se escuchaba en las gradas eran los silbidos a Griezmann cuando este tocaba el balón. El francés, lejos de amilanarse, quiso contestar a los pitos y silbidos marcando el primer gol del partido.
Corría el minuto 9 cuando ‘El Principito’ del Atleti recibía un pase de Koke un poco más adelante del círculo central en campo contrario. Sin pensarlo, Griezmann se dirigió como una exhalación hacia la portería sorteando con su velocidad a todos los rivales que le salían a su paso. En un visto y no visto el galo se presentó frente a Rulli, y con la magia que atesora, todavía tuvo tiempo para elegir la mejor definición posible al superar al portero argentino picando el balón por encima suya. Golazo del que fuera ídolo local en la que fue su casa. La asistencia, de Koke. La primera del canterano al francés desde que este llegara al Atleti. Curioso y sorpresivo dato.
Tras ponerse por delante en el marcador, el Atleti cerró espacios y juntó las líneas impidiendo progresar a una Real Sociedad que no lograba acercarse al área rojiblanca. Solo mediante balones largos los locales se aproximaron a las inmediaciones de Oblak, y aunque no lograron disparar a puerta, si consiguieron forzar dos tarjetas amarillas para los dos centrales del Atlético. Giménez la vio antes del gol merecidamente por barrer a Zurutuza. Godín la vio por derribar involuntariamente a Vela. Se equivocó el árbitro.
Canales estuvo cerca de enviar el lanzamiento de falta entre los tres palos, pero el balón se perdió por la línea de fondo. Prosiguió el juego y los de Simeone se sintieron cómodos cerrando a cal y canto su área para todo aquello que tuviera color txuri-urdin. Cediendo la posesión, los rojiblancos, una vez más, llevaron a cabo ese plan ya conocido de esperar para salir a la contra una vez que se han puesto por delante en el marcador.
Con la Real Sociedad maniatada, solo Griezmann y Correa parecían querer dar un paso más y añadían verticalidad en cuanto recibían el balón. Sin embargo, los locales que aprendieron la lección tras encajar el primer gol, conseguían replegarse con más celeridad y orden para evitar conceder espacios ante la velocidad de Griezmann. Con este guion el partido se marchó al descanso.
El segundo tiempo comenzó con un disparo muy forzado de Jackson desde la frontal. El colombiano no vio que un defensa llegaba por detrás y este finalmente le impidió armar la pierna. Rulli atrapó sin problemas. A penas un espejismo la ocasión colchonera, pues se vio que el guion iba a ser idéntico al del primer acto. La Real intentando traspasar un muro infranqueable y el Atleti cómodo defendiendo sus dominios.
Y cómo nadie le ponía picante, llegó Jackson intentando arrancarse con un Cha Cha Cha. Solo que en lugar de bailar cerca de la portería de Rulli, decidió quitarle un balón claro a Oblak para intentar despejar y casi marcarse en propia puerta. Al Cholo no le gustó el intento de baile del colombiano, y Jackson dejó su sitio a Fernando Torres en la coreografía colchonera. Antes, Carrasco había sustituido a un Correa demasiado nervioso que además tenía ya una amarilla.
No quería riesgos Simeone, sin embargo, la Real con muy poco lograba poner nerviosos a los colchoneros acercándose al área por empuje más que por juego. El Atleti, y no es la primera vez esta temporada, se iba metiendo más atrás según pasaban los minutos, hasta encerrarse bajo la portería de Oblak. La Real quería el empate, y pudo lograrlo con un remate de Zurutuza tras varios rechaces y un disparo de Bruma, que salió sustituyendo a Canales. Simeone se protegió aún más quitando a Griezmann por Saúl para reforzarse por el centro. Esta vez se escucharon más aplausos que pitos a la salida del césped del futbolista francés.
El árbitro, con la mano de las tarjetas demasiado floja durante todo el partido, amonestó a Diego Reyes por cortar un contragolpe de Torres. No le pareció demasiado castigo y decidió enseñarle la segunda dos minutos después por no aceptar las ‘observaciones’ del mexicano. Siguió el festival de amonestaciones y el siguiente turno de amarillas fue para Gabi, por derribar a Jonathas y cortar un contragolpe, antes de que los jugadores de la Real Sociedad pidieran un posible penalti de Giménez a Jonathas, y es que el uruguayo pudo derribar al brasileño al intentar despejar un balón lanzándose en plancha con la cabeza.
Los jugadores realistas se despistaron con las protestas y Fernando Torres les pilló desprevenidos para montar un contragolpe perfecto y servir el balón en bandeja a Carrasco, que marcó y sentenció el partido a puerta vacía anotando su primer gol oficial con la camiseta rojiblanca. Los locales rodearon al árbitro para reclamarle el penalti anterior y este resolvió las protestas expulsando a Jonathas y amonestando a Rulli.
Con el incidente mencionado se dio por finalizado el partido. Tres puntos más para los de Simeone que continúan enganchados al tren de cabeza de la Liga. Sin embargo, el poco fútbol mostrado y la excesiva defensa del resultado cuando el marcador es favorable, no dejan demasiado contenta a la afición colchonera. El miércoles los rojiblancos reciben al Astana en Champions en un partido en el que el Atleti además de ganar, debe responder con buen juego.