El norte de la península ibérica es un cúmulo de tradiciones futbolísticas, desde que los ingleses llevaron el foot-ball a las fábricas de Bilbao y de todos los pueblos cercanos. Entre esos lugares marineros se encontraba Sestao. Tierra de astilleros y de altos hornos que a principios del siglo XX vio nacer a su equipo verdinegro, el Sestao Sport.
El primer gran salto lo dio después de la Guerra Civil española, ya que gracias a la restructuración de la Segunda División el equipo fue admitido en la categoría de plata. Poco duró la alegría en Sestao pues su equipo bajó a Tercera División al año siguiente y hasta 1954 no volvería a ascender. Una persona muy implicada en la vida social del club y seguidor fiel del equipo de su tierra, Patxo Etxegibel, comenzó a llamar al equipo de la ria del Nervión: River. Los ingleses llevaron el fútbol a Bilbao y los argentinos importaron el anglicismo de River al Sestao, todo queda dentro de la escuela británica del fútbol.
Este sobrenombre se lo pusieron al Sestao por su buen juego, y porque en esos años el equipo que asombraba a propios y extraños era el River Plate, que realizó una gira por Europa. Al gozar de fama mundial, el verdadero River emprende entre 1951 y 1952 desde España una gira que le llevará a jugar en varios países europeos con gran tradición futbolística. Ya no es el River Plate vencedor de cuatro títulos nacionales entre 1941 y 1947 gracias a un juego de toque que anticiparon lo que más tarde sería el fútbol total holandés. Se trata del River Plate del portero Carrizo y de La Maquinita que junto a los veteranos Labruna y Loustau alinea a Vernazza, Eliseo Prado y el uruguayo Walter Gómez. Un equipo que en Argentina vencerá cinco de los seis campeonatos disputados entre 1952 y 1957.
En diciembre de 1951, el equipo bonaerense juega su primer partido en Bilbao, donde pierde por 5 a 2 contra el Athletic. A pesar de esta derrota parte para Madrid y la balanza de derrotas y victorias se vuelve a igualar, se enfrenta al invencible Real Madrid y le gana por 4 a 3. También jugará contra, el Atlético de Madrid, empatando a tres en el Metropolitano.
En 1952 jugaron varios partidos en Italia. El primer equipo contra el que se enfrentaron fue el Napoli, derrotándolo por 2 a 1. Tras ser recibidos por el Papa en el Vaticano, disputaron un encuentro contra la Roma que se resolvió con un empate a uno. Después del encuentro en la capital italiana, partieron para el norte del país trasalpino, donde se enfrentarían al Torino, el Comunale vio como el Toro amarraba un empate a 3 a los campeones argentinos. Este encuentro estuvo cargado de nostalgia, ya que el River Plate fue uno de los equipos que ayudaron al Torino FC después del desastre de Superga.
En Milán y Genova jugaron partidos contra combinados de los dos equipos locales: Milan-Inter y Sampdoria-Genova. Y tras su paso por Italia, la expedición argentina se trasladó a Suiza, donde se enfrentaron al Lugano, derrotándolo por 9 a 0, y más tarde al Servette, a quien también ganaron por 4 a 3. En Francia se enfrentaron al Racing de París y tras su paso por tierras francesas llegaría su gran hazaña. En Inglaterra se enfrentaron al Manchester City y bajo una gran nevada obtuvieron una gran victoria por 4 a 3, lo que significó la primera victoria de un club argentino en la cuna del fútbol, Inglaterra, gracias a un doblete de Labruna y los goles de Vernazza y Gómez.
Tras esta gran victoria el equipo de la banda roja se enfrentó al Celta de Vigo y al Sporting de Portugal cerrando la gira con un contundente 5 a 1. Catorce partidos, siete victorias, seis empates y una sola derrota, en Bilbao. El verdadero River abandona Europa en febrero de 1952, dejando tras de sí una gran impresión, y sin saberlo, un sobrenombre al equipo de Sestao. Tras esta gira, el apodo de River fraguó en la sociedad vasca y pronto se extendió por todo el país.
La historia conjunta del Sestao y del River continua hasta 1996, tras la disolución del Sestao Sport, el fútbol asistió al nacimiento del Sestao River. La franja roja del club bonaerense se convirtió en la segunda camiseta del Sestao y un nuevo River corrió por los campos de fútbol. El equipo verdinegro que ha dado verdaderas leyendas al fútbol español como Lezama o Irureta sigue siendo algo más que el orgullo de un pueblo.