En los últimos días en Italia se ha generado una polémica con el ex-jugador de Lazio y West Ham entre otros. La cadena de pago que retransmite la Serie A y la Premier League este verano ha fichado como comentarista al controvertido delantero para comentar los partidos en Inglaterra. Para promocionar este fichaje se realizó un ‘spot’ con Di Canio en manga corta haciendo deporte con el lema: “El fútbol se vive a todas horas”. En esa publicidad se podía ver claramente un tatuaje en el brazo derecho en alusión a Mussolini: DUX (palabra latina para ‘Duce’ utilizada para venerar a Mussolini). Este tatuaje es un claro icono del fascismo en Italia.
Esto ha desatado las protestas en redes sociales y en la propia empresa. El conglomerado empresarial de Murdoch se ha movido rápidamente y ha suspendido de empleo y sueldo a su comentarista estrella de la Premier. Ahora bien, todo el mundo sabe que el ex-laziale es fascista. Siempre se ha sabido. Di Canio ha escrito libros, ha realizado entrevistas y siempre ha hablado de su idea política y su recuerdo del ‘Duce’. Pero, hasta que salió la publicidad, era apto para comentar partidos.
Su imagen celebrando un gol en un derbi contra la Roma con el brazo en alto ha dado la vuelta al mundo, también sus saludos en partidos ante el Livorno (equipo de marcada tradición comunista). En 2005 en una entrevista se sinceró ante la agencia Ansa y públicamente se declaró «fascista pero no racista». Esas declaraciones le causaron problemas cuándo fue entrenador del Sunderland, ya que la Asociación de Mineros de Durham (DMA), muy ligada al club, le declaró non grato.
Es notable que en Sky actúen de esa forma tras el “escándalo” generado. ¿Qué ha pasado de nuevo? Paolo era así en el momento de firmar, la única cosa que ha cambiado era que en vez de camisa y americana, días atrás se ha mostrado en manga corta. Aquí la hipocresía, la sociedad asume que puede ser fascista quién sea, pero lo importante es que no lo muestre. No es un problema de ideología, sino de corbata.