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Niños jugando al fútbol

Los inversores chinos se extienden por el fútbol modesto

Cómo los magnates chinos han logrado entrar en el fútbol español

El pasado fin de semana tuvo lugar un particular partido catalogado cómo el ‘Derby de Shangai’  disputado en la Nueva Condomina de Murcia. Jumilla  y Lorca  se veían las caras en el choque correspondiente al grupo cuarto de la Segunda División B española. Este encuentro fue marcado por la propiedad de ambas sociedades, tanto Hui Tang-Li Xiang (Jumilla) como Xu Genbao (Lorca)  provienen de dicha ciudad de China.

Ambos conjuntos suponen un medio para enriquecer los intereses de ambos empresarios. Para tener a la afición de su lado, la están intentado comprar con regalos: un Citroën C3, cinco motocicletas, 20 tablets y 10 móviles de alta gama. Todo ello sirvió para llevar a más de diez mil personas al estadio más grande de la región.

El partido fue televisado en la misma cadena de televisión dónde trabaja Li Xang e incluso se desplegó una pancarta para saludar a los telespectadores que estaban siguiendo el choque desde la otra parte del mundo. Algo prácticamente surrealista.

El grupo inversor que controla el Jumilla ha invertido más 200.000 euros en sanear un club que estaba camino hacía la quiebra, a cambio, son el producto de una televisión y son controlados por un fondo de inversión (Moneyball) que llevan en la camiseta. Una empresa que apenas muestra información de su actividad, sólo se sabe que actúa junto Price Waterhouse Coopers. En su web no se puede encontrar ni una sede, ni un contacto.

Por otro lado, en Lorca, hace un año llegó Xu Gembao (ex-seleccionador chino) con la promesa de subir al equipo del municipio a Segunda División en tres años. En este proceso se perdió el nombre original y la entidad ha dejado de llamarse La Hoya Loca. Además, Gembao ha traído hasta 28 juveniles de su país para hacerles competir en la región y montar su negocio de “pruebas en Europa para futuros futbolistas”. Ambas conjuntos han pasado a ser Sociedades Anónimas Deportivas con el 100% de las acciones en manos de los asiáticos.

"Quieren potenciar un montón de niños chinos con su escuela. Eso es un negocio. Los niños vienen en grupos de 20 y pagan entre cinco y 10.000 euros por mes cada uno. A los chinos les interesa desarrollar a sus jugadores en las competiciones europeas. Pagan un dineral a los equipos de Segunda B españoles que les hacen ficha. A La Roda le han dado 50.000 euros por cada uno de los dos jugadores que han inscrito. Quieren traer chavales chinos para formar y aparte hacer sus negocios y sus operaciones con conjuntos chinos. En Segunda B traspasas un jugador por 200.000 euros como mucho. Ese mismo jugador en China vale dos millones".  Francisco Serrano, gestor deportivo del Jumilla a El País

El llamado ‘derbi de Shangai’ es una imagen que aterroriza y que muestra el estado del fútbol español: vendiéndose al capital extranjero. Esta peligrosa dinámica forma parte del “todo vale”: si vienen a poner dinero y comprar una plantilla competitiva, pueden tomar las decisiones que quiera. Aunque eso suponga dar el mando a empresas de la otra parte del mundo, sin conocer la idiosincracia de clubes de fútbol históricos dentro del Estado Español.

El Deportivo Palencia, la Ponferradina o la Balompédica Linense son objetivos de nuevos inversionistas del este. Todos siguen un mismo perfil: equipos que actualmente no cuentan con una masa social potente para poder discutir la compra y, que tienen una deuda que les asfixia pero que no es demasiado elevada para un gran grupo empresarial.

Xi Jinping, presidente de la República China, dijo en 2015 que el país tendría que organizar un Mundial de fútbol y que lo tendría que ganar. Para ello ha instigado a inversionistas locales a tejer las redes en el mundo del fútbol en Europa. Controlar sociedades desde las categorías más bajas, hasta clubes de primer nivel como Inter o Milán en Italia les permitirá hacer y deshacer acuerdos a su antojo. La gigante asiático ha llegado al deporte rey y viene para hacer negocio.