El Barça no pudo celebrar LaLiga como realmente le hubiera gustado, ya que se confirmó que habían sido campeones en el estadio que más "morbo" le daba, pero también el más conflictivo. Tras la invasión de campo por parte de los ultras del Espanyol, una de las estrellas de Xavi no se echó para atrás.
Sorprendentemente, por su actitud parsimoniosa y tranquila, fue Sergio Busquets el que tuvo que ser agarrado por sus compañeros y por las autoridades para que la "pelea" verbal que estaba manteniendo no fuera a más.
El capitán del FC Barcelona se mostró muy enfadado con varios aficionados del rival y si no hubiera sido por Ferran Torres, Marcos Alonso, o el cuerpo de policía, hubieran llegado a las manos.
Sergio Busquets celebra su última Liga en una complicada situación
Cuatro años después, el Barça volvió a celebrar el campeonato liguero, el 27º en su extenso palmarés. En esta ocasión sí, fue en un escenario totalmente inesperado, y en el que casi acaban en desgracia.
La plantilla tuvo que salir disparada del terreno de juego después de que los ultras locales invadieran el campo con intención de agredir a los futbolistas. Las autoridades se encargaron de que eso no ocurriera, pero Sergio Busquets tuvo sus más y sus menos con los ultras dentro del túnel de vestuarios.
Finalmente, todo ha quedado en una anécdota, y el capitán del FC Barcelona pudo celebrar junto a sus compañeros el nuevo título que acaban de ganar. La semana que viene, en el Camp Nou, Sergio Busquets levantará el trofeo ante su afición.
El Espanyol lamenta los hechos, pero podría cumplir una grave sanción
"El RCD Espanyol lamenta los hechos aislados sucedidos al final del partido disputado en nuestro estadio. Como pericos, nos duele la derrota, pero nunca aceptaremos la violencia, por más residual que sea".
Asimismo, pese a disculparse públicamente por la actitud de varios aficionados que saltaron al terreno de juego, el club podría ser sancionado debido a la gravedad de la situación.
Tal y como señala Mundo Deportivo, el Espanyol, si el hecho es considerado como muy grave, la entidad se enfrentaría a una sanción de 18.000 a 90.000 euros, así como la clausura total del recinto desde un partido a incluso toda una temporada.
Sin embargo, si se considera lo ocurrido ayer como un hecho grave, el Espanyol podría asumir una multa de hasta 6.000 euros, y una clausura parcial de las instalaciones por un encuentro.
Por el momento, habrá que esperar para saber que "castigo" recibirá el club perico. Una sanción que supone otro varapalo más, tras la derrota, y la dura situación que afrontan en LaLiga. Penúltimos y con pie y medio en Segunda División.