El Atlético de Madrid tenía encarrilado el fichaje de Álex Baena, pero una nueva variable amenaza con cambiar el panorama. El Bayern de Múnich, que tenía a Florian Wirtz como principal objetivo para reforzar su ataque, ha virado su rumbo y apunta ahora al extremo del Villarreal.
Una decisión que perjudica al Atlético de Madrid
La decisión de Wirtz de priorizar un posible traspaso al Manchester City ha obligado al Bayern a buscar alternativas en el mercado. Y el nombre que más gusta en Múnich es el de Baena. Su temporada en el Villarreal no ha pasado desapercibida: seis goles, ocho asistencias y una evolución constante bajo las órdenes de Marcelino.
El interés del club bávaro es una mala noticia para el Atlético de Madrid. Los rojiblancos llevan semanas negociando con el entorno del futbolista, convencidos de que su estilo encaja perfectamente en el esquema de Simeone. Sin embargo, la irrupción del Bayern podría elevar la competencia a un nivel que complique seriamente la operación.
Una salida asegurada
Baena tiene contrato con el Villarreal hasta 2028 y su cláusula ronda los 50 millones de euros. Aunque el Atlético de Madrid confiaba en rebajar esa cifra con una propuesta atractiva, el músculo económico del Bayern hace temer que los amarillos no acepten menos de lo estipulado. Y si entran en juego subastas, el club colchonero parte en desventaja.
En el entorno de Baena no se descarta ninguna opción. El jugador es consciente del interés que genera en Europa y se mantiene a la espera de un proyecto deportivo sólido. En ese sentido, tanto el Atlético de Madrid como el Bayern le ofrecen retos distintos pero igual de tentadores: protagonismo inmediato en LaLiga o el salto definitivo a la Bundesliga.
El problema para los de Simeone no solo es perder a Baena. También lo es que, si el Bayern acelera su fichaje, el margen de maniobra se reduce notablemente para los madrileños. La planificación deportiva del Atlético contempla a Baena como una pieza clave para renovar el ataque, especialmente ante posibles salidas en la plantilla. El Villarreal, por su parte, juega sus cartas con inteligencia.