El Atlético de Madrid se presentaba en Montjuic con la alineación de gala en un partido crucial en el futuro inmediato de LaLiga. Simeone salía con el equipo de gala, solo un cambio con respecto a los últimos once: Conor Gallagher por Samu Lino. En lo que respecta al Barça, Hansi Flick salía con Fermín por Dani Olmo y Gavi por el lesionado Lamine Yamal.
La intensidad por bandera
El partido comenzaba con el Atlético de Madrid vestido con la equipación de la suerte y con ambos equipos peleando cada balón a gran intensidad. Los de Hansi Flick salieron decididos a por el partido desde el primer minuto y el Atlético de Madrid aguantaba el chaparrón como podía. Pese a que los blaugranas achuchaban una y otra vez, los de Simeone se defendían sólidamente en un partido donde el mediocampo era inexistente y el ritmo desenfrenado.
El Barça insistía sobre el área rojiblanca, pero sin peligro aparente a excepción de un tiro cruzado que fue al cuerpo de Jan Oblak. Sin embargo, hacia la media hora el Barcelona logró romper el muro rojiblanco mediante un control fallido de Gavi que resultó en un pase que permitió a Pedri marcar gol. Montjuic completo celebraba un gol capital para los objetivos culés y que tumbaba por momentos a los de Simeone.
El Barça en modo martillo pilón
La segunda parte comenzó como acabó la primera, con un ritmo frenético por parte del FC Barcelona. Fruto de ese empuje, tuvo la primera Fermín López que repelió Jan Oblak con una parada de portero de balonmano. Al Atlético de Madrid le crecían los enanos por momentos: lesión de Jose María Giménez y Axel Witsel tuvo que sustituirle.
El Barcelona seguía apretando a un Atlético de Madrid que no veía como atacar la línea adelantada de los de Hansi Flick. Una falta cercana al área que autodefendió Cubarsí y un larguero de Raphinha continuaban amedrentando a los colchoneros. No obstante, ocurrió lo que muchas veces pasa con los equipos de Simeone.
Rodrigo De Paul al rescate
En uno de las acciones que el Atlético de Madrid pudo salir a la contra, los rojiblancos igualaron el marcador. Un pase atrás de Julián Alvarez en un centro raso, lo repelió de tacón Marc Casadó que dejó el balón muerto en la media luna del área blaugrana. El mediocentro catalán se dio cuenta del error cometido cuando De Paul aprovechó esta acción para mandar el balón a la red de Iñaki Peña.
En ese momento, el partido estaba más abierto que en ningún momento. Ambos equipos cruzaban ocasiones tan claras como la que falla Lewandowski solo frente al portero tras un pase de Ferrán. En lo que respecta al Atleti, Pablo Barrios erró un mano a mano frente a Iñaki Peña en una ocasión manifiesta de gol.
El partido se volvía loco conforme se acercaba el final y con ello los espacios en las defensas. El Barcelona aprovechó esta situación para filtrar dos balones que paró con solvencia Jan Oblak. El esloveno emergió de Santo una vez más, haciendo valer por qué está entre los mejores porteros de Europa.
Seis minutos de añadido y el partido que agonizaba con una tensión que se cortaba con un cuchillo. En ese momento fue cuando Simeone sacó el último truco de la chistera y tras una contra ejecutada a la perfección. Sørloth mandó a la red un centro raso de Molina y dio la victoria a los rojiblancos cuando nadie lo esperaba y demostró, de nuevo, que este Atlético aspira a todo.