El Atlético de Madrid volvió a probar el amargo sabor de la derrota cayendo en la tanda de penaltis ante el Real Madrid en los octavos de final. El conjunto colchonero fue muy superior a su rival durante 120 minutos, poniéndose por delante muy pronto y contando con ocasiones claras. No tuvo la efectividad necesaria y el cuadro madridista no perdonó desde los once metros tras una insólita decisión del colegiado con Julián Alvarez.
Sin embargo, aunque la eliminación duele, Simeone tendrá otros problemas que resolver de cara a las próximas semanas en las que se deciden los títulos. Fue un enfrentamiento muy físico y que obligó a todos los jugadores a tener que dar su mejor rendimiento sobre el terreno de juego. Eso llevó a que algunos no pudiesen completar todo el choque y que tuviesen que pedir el cambio por diferentes problemas físicos.
Bajas para el Atlético de Madrid
En la previa, el equipo rojiblanco había recibido la buena noticia de que contaría con toda la plantilla a su disposición para afrontar el duelo. Incluso, Koke entraría en la lista de convocados, aunque no salió del banquillo en ningún momento, a pesar de que Rodrigo de Paul tuvo que terminar siendo sustituido. El delantero argentino, que llegaba muy justo, puso fin a su participación en el choque justo antes de la prórroga y tras no poder seguir en el césped.

Algo parecido sucedió con Reinildo, quien se fue al suelo en numerosas ocasiones y terminaría siendo reemplazado por César Azpilicueta en la prórroga. El central mozambiqueño fue titular y, a pesar de cometer un claro penalti, dio mucha más seguridad a la defensa que lo vivido en el Santiago Bernabéu con Javi Galán. Falta conocer cuál es el alcance de sus molestias, aunque todo apunta a que no podrán estar disponibles para recibir al Barça este domingo.
Un Simeone muy orgulloso
Evidentemente, no hay consuelo posible para los hinchas del Atlético de Madrid tras haber visto muy cerca el pase a los cuartos de final de la Champions League. Conor Gallagher adelantó a los colchoneros en el primer minuto de juego y las acciones más claras de peligro fueron de los locales, aunque sin acierto. La tanda de penaltis se decidiría por una revisión del videoarbitraje que anularía el tanto de Julián Alvarez por considerar que había realizado dos toques.
Marcos Llorente envió su penalti al larguero y Jan Oblak estuvo muy cerca de detener el último de ellos a Rudiger, aunque el balón entraría llorando. Simeone se mostró orgulloso del rendimiento de sus futbolistas y del gran ambiente que vivió el Metropolitano, aunque no es consuelo suficiente. Ahora, todavía restan dos competiciones en las que se buscará competir hasta el final y terminar este curso levantando un título.