El futuro de Conor Gallagher ha sido una de las incógnitas del verano. El inglés, llegado hace apenas un año al Atlético de Madrid, había despertado rumores de salida en cada rincón del mercado. Su nombre se escuchó en Inglaterra, Italia y hasta en España, pero nada parecía definitivo.
Con paciencia y cierta incertidumbre, el club rojiblanco aguardaba. Simeone, que lo probó en varias posiciones, siempre insistió en que el inglés necesitaba adaptación. Y, tras meses de especulación, la decisión ya está tomada: Gallagher no se moverá del Metropolitano este verano.

Un año para demostrarlo todo
El jugador nacido en Epsom en el año 2000 tiene claro que quiere triunfar en el Atlético. Club y futbolista coinciden en que su momento debe llegar esta temporada. Solo un giro radical de última hora podría abrir la puerta de salida.
La dirección deportiva confía en él. Llegó procedente del Chelsea por algo más de 40 millones de euros y se espera que pueda revalorizarse. La idea es que alcance su techo en la capital española, donde su versatilidad aún no ha brillado al máximo.

La pasada campaña fue irregular. Arrancó con dos goles en las dos primeras jornadas, pero después su protagonismo se diluyó. Simeone lo usó de extremo, volante, pivote e incluso carrilero, posiciones alejadas de sus cualidades de centrocampista de recorrido.
Un jugador clave
El fichaje de Johnny Cardoso ha sido clave. Con él al lado, Gallagher puede explotar su capacidad de llegar desde segunda línea. En el partido frente al Espanyol se vio un jugador agresivo, trabajador y con olfato, esa es la versión que Simeone necesita.
El Atlético no puede permitirse prescindir de él, el equipo está en plena transición y la profundidad de plantilla no es suficiente para rotar sin que se note. Gallagher, en ese contexto, se vuelve imprescindible. Crystal Palace intentó recuperarlo, fue el último club en llamar a la puerta este verano, pero su propuesta no convencía: cesión sin opción de compra.
El Atlético solo escucharía ofertas cercanas a los 50 millones de euros, cifra más coherente con su valor de mercado. Además, el inglés quiere minutos de calidad para asegurarse un sitio en Inglaterra con vistas al Mundial, pero salir cedido no era garantía de ello. En cambio, quedarse en el Metropolitano le ofrece continuidad en un proyecto competitivo.
Yeremy Pino, la gran alternativa
El Crystal Palace ha virado hacia otra opción. Yeremy Pino, centrocampista del Villarreal, se encuentra muy cerca de hacer las maletas. Su salida, que parecía imposible al inicio del verano, gana fuerza y ambos clubes negocian por una cifra cercana a los 50 millones, muy inferior a los 80 de su cláusula.
El canario ha aceptado dar el salto, seducido por las condiciones que le ofrecen en Inglaterra. Si el traspaso se cierra, el equipo londinense cubriría la vacante que buscaba con Gallagher. Y el Atlético, de paso, retendría a un jugador clave para Simeone.