La participación del Atlético de Madrid en el Mundial de Clubes comenzó de la peor manera posible. Un 4-0 ante el PSG que dejó al equipo tocado, desbordado física y futbolísticamente. Pero además del marcador, hubo un factor que condicionó el partido desde el pitido inicial: el calor extremo en el Rose Bowl Stadium de Pasadena.
Las palabras de Llorente
Uno de los jugadores que más sufrió las condiciones fue Marcos Llorente, que no se mordió la lengua al acabar el encuentro. “Es imposible, es un calor terrible. Tenía los dedos de los pies que me dolían las uñas, no podía frenar y arrancar”. Esto el centrocampista rojiblanco, visiblemente agotado por el esfuerzo realizado bajo temperaturas que superaron los 30 grados con una humedad asfixiante.
El choque se disputó a las 12 del mediodía, hora local, bajo un sol implacable que convirtió el césped del estadio en una trampa física. Aunque Llorente fue uno de los pocos que mantuvo el tipo en una primera mitad complicada, el despliegue físico al que acostumbra se vio claramente mermado. “Es increíble, pero como es para todos igual, no hay queja”, añadió, intentando restar dramatismo a una situación que, sin duda, afectó más a unos que a otros.
La expulsión de Lenglet
Más allá del aspecto físico, Llorente también tuvo palabras sobre una de las jugadas clave del partido: la expulsión de Clément Lenglet. “No sé lo que le ha dicho Clément, pero él no sabía que tenía amarilla. Cuando vio la segunda pensaba que era la primera, no creo que sea para expulsar a un jugador”, explicó. Una acción que dejó al Atlético de Madrid con uno menos y enterró cualquier atisbo de reacción.
El centrocampista es consciente de que la derrota ha encendido las alarmas en el club. El rendimiento del equipo, la falta de intensidad y la diferencia de ritmo con el PSG fueron evidentes. Pero también quiso señalar que no todo pasa por lo futbolístico. Las condiciones externas, como el calor extremo, también cuentan en este tipo de competiciones.
Las palabras de Marcos Llorente no solo reflejan el sentir del vestuario, sino también la dificultad que tuvo el equipo para competir en un contexto tan adverso. El Atlético de Madrid deberá reaccionar rápido, porque en torneos cortos como este, cualquier error se paga caro. Y más aún si el cuerpo ni siquiera responde.