El Atlético de Madrid soñaba con cerrar un fichaje de alto nivel para reforzar su defensa y tenía un nombre propio marcado en rojo: Cuti Romero. Sin embargo, las últimas palabras del periodista Fabrizio Romano han caído como un jarro de agua fría en el Metropolitano. Todo apunta a que el central argentino no se moverá del Tottenham este verano.
Complicaciones para que salga
En su canal oficial, Fabrizio fue claro: “¿Cuti Romero? Ahora mismo está tranquilo. Creo que el Tottenham hará todo lo posible por retenerlo al menos esta temporada”. El mensaje no deja lugar a dudas. Aunque el defensor desea cambiar de aires y se siente atraído por la idea de jugar a las órdenes de Simeone, el club inglés no está dispuesto a dejarlo salir.
Desde noviembre del año pasado, el entorno del jugador dejó entrever que vestir la camiseta rojiblanca era un objetivo personal para Romero. Incluso su representante visitó el Cerro del Espino, generando ilusiones en la directiva del Atlético de Madrid. Pero en todo momento sabían que la operación sería complicada. Y lo está siendo.
No será nada sencillo negociar
Daniel Levy, presidente del Tottenham, no es precisamente un negociador fácil. Ya ha demostrado en el pasado que no cede fácilmente, y menos cuando se trata de uno de sus jugadores más importantes. De hecho, fuentes cercanas al club inglés confirman que ha fijado el precio de salida del argentino en 70 millones de euros. Una cifra que, hoy por hoy, parece inasumible para los colchoneros.
A pesar de las buenas relaciones que Miguel Ángel Gil mantiene con la directiva del Tottenham, las conversaciones por Romero no han dado los frutos esperados. Ni siquiera la voluntad del jugador de salir ha sido suficiente para desbloquear una operación que se sigue viendo lejana.
El Tottenham, que terminó en puestos europeos y ganó la Europa League, no quiere desmontar su bloque defensivo. Y menos justo cuando vuelve a la Champions. Romero es pieza clave para su técnico, y su salida sería un golpe deportivo difícil de asumir. De momento, el central se mantiene en silencio y disfruta de sus vacaciones, pero todo apunta a que deberá seguir en Londres.