Riquelme celebrando su gol contra el Mallorca

El Atlético de Madrid tira de unocerismo para mantener el pulso por la cuarta plaza

El conjunto colchonero saca una victoria muy importante de Son Moix gracias al tempranero tanto de Riquelme

Atlético de Madrid y Mallorca se enfrentaban en la noche del sábado en un partido crucial para ambos conjuntos. El equipo de Simeone, tras la victoria del Athletic Club en Getafe, estaban obligados a conseguir la victoria para mantener la diferencia de seis puntos sobre los vascos. Los del "Vasco" Javier Aguirre, en cambio, necesitaban puntuar para seguir poniendo tierra de por medio con la zona de descenso, la cual estaba a seis de distancia.

Autoridad colchonera

El inicio del partido fue totalmente inesperado, pues el Atlético de Madrid salió con autoridad, algo que  no suele suceder fuera del Metropolitano. Sin un nueve de referencia, pues Morata estaba en el banquillo y Griezmann, junto a Memphis, no estaban convocados, Correa era el único punta. A pesar de ello, los de Simeone se las ingeniaron para crear varias ocasiones de peligro.

Tanto fue así, que el conjunto del Cholo tan solo tardó cinco minutos en adelantarse en el marcador. Azpilicueta sacó de banda, un futbolista del Mallorca peinó el balón, el cual cayó en los pies de Riquelme. Este, con un regate precioso que dejó en el suelo al defensor mallorquín, puso la pelota en el fondo de la red  con un gran tiro raso, imposible para Rajkovic.

Siguiendo con las novedades, el Atlético de Madrid no se echó atrás una vez anotó el primer tanto. De hecho, tuvieron el control del balón, principalmente por sumar un centrocampista más de lo normal gracias al jugar con un 5-4-1. La siguiente jugada clara de peligro no llegaría hasta la media hora, donde Hermoso subió como un delantero más al área y envió el balón al lateral de la red.

Tras rozar el segundo de la noche, el Atleti  fue cediendo poco a poco el balón al Mallorca. No obstante, el equipo se mostraba muy sólido en defensa  y con una gran rapidez a la hora de formar las contras, siendo el arma principal de este "nuevo" Atlético. El susto lo dio Jan Oblak, quien cayó de una manera desafortunada tras despejar con los puños un balón aéreo, mostrando un dolor de espalda que no quedó en nada.

Los minutos finales no dieron para más. El Atleti terminó la primera mitad manteniendo el control del balón  y con un Mallorca que apenas intimidaba a Oblak. Por el momento, el cambio de formación de Simeone estaba saliendo bien para los intereses colchoneros, quienes buscaron mantener la dinámica en la segunda parte.

Solidez "a la ambigüa"

El segundo "round" comenzó con una cara nueva e inesperada en el Atlético de Madrid, pues Nahuel Molina  entró en sustitución de Mario Hermoso. A los 54 minutos, Ángel Correa robó un balón en el círculo central con casi todos los jugadores del Mallorca en campo contrario. Junto a él, Marcos Llorente subió como una auténtica bala, pero no pudo resolver con acierto el casi "pase de la muerte" que le otorgó el futbolista argentino.

El Mallorca intentó responder en la siguiente jugada con un tiro desde fuera del área de Darder, el cual fue despejado por Jan Oblak con un auténtico paradón. Samuel Lino fue el siguiente en probar a Rajkovic,  cumpliendo la hora partido, con un golpeo lejano que no supuso ningún problema al guardameta rojillo. El partido se presentaba con muy poca intensidad, con un Atlético de Madrid acomodado con el resultado a favor, y con un Mallorca que hacía pocos esfuerzos para evitar la derrota.

Diego Pablo Simeone, a pesar de ver cómo Aguirre no dejaba de introducir a hombres nuevos sobre el césped, no decidió hacer más cambios hasta el minuto 80. A falta de diez minutos para acabar el encuentro, el argentino dio entrada a  Rodrigo De Paul, quien entró en el lugar de Ángel Correa.  Antes de la entrada del campeón del mundo, Oblak  volvió a despejar desde su palo más cercano un chut peligroso de Larin.

Álvaro Morata  seguiría el siguiente en entrar al campo, sustituyendo a Samuel Lino,  posteriormente, Savic por Nahuel Molina  quien se marchó lesionado, y finalmente Reinildo por César Azpilicueta.  Las sustituciones dieron algo más de resistencia al equipo, quien tenía a varios futbolistas frescos para aguantar el resultado. Algo necesario, pues el Mallorca  comenzaba a volcarse al ataque a medida que iba pasando los minutos.

No obstante, los de Simeone hicieron un gran esfuerzo para mantener la distancia otorgada por el gol de Riquelme hasta el pitido final del colegiado, recordando a las grandes victorias pasadas. En ese momento, los jugadores del Atlético de Madrid pudieron celebrar una victoria vital por la lucha de la cuarta plaza de la Champions League.