La situación de uno de los delanteros del Atlético de Madrid se encuentra en un punto delicado. El delantero noruego, que llegó con la intención de ser más protagonista esta temporada, no está cómodo con su rol actual en el equipo. El enorme malestar del jugador se destapó tras el partido disputado en Cornellá-El Prat, donde el jugador acabó con un cabreo monumental al verse relegado una vez más al banquillo.
Según explicó José Ignacio Fernández del periódico ABC en su canal de Youtube, la gota que colmó el vaso fue ver cómo Giacomo Raspadori entraba al campo antes que él. Alexander Sorloth entendió el gesto como una señal clara de que seguirá siendo suplente y, tras el encuentro, pidió a su representante que escuchara ofertas en este tramo final de mercado. Fernández fue tajante: "Sorloth otro año como suplente no admitirá".
El periodista apuntó además que la dirección deportiva rojiblanca no se cierra en banda, pero dejó claro que el delantero solo saldrá bajo dos condiciones. "Que llegue una propuesta seria nunca por menos de 35 millones de euros, y que el club encuentre un sustituto de garantías. Dusan Vlahovic podría ser una opción", comentó.
Rubén Uría rebaja el tono de la polémica
Rubén Uría matizó la informaciónen su propio canal de Twitch. El periodista madrileño confirmó el cabreo del atacante, pero negó que hubiera una petición formal de salida al Atlético. "El jugador noruego tenía un calentón enorme, no es la primera vez que le pasa, que yo sepa no ha pedido salir del club por esto", dijo Uría.
Uría explicó que el entorno del futbolista ya lleva tiempo valorando otras opciones, aunque no existen conversaciones avanzadas. Según sus fuentes, habría interés de un par de equipos italianos y de un club turco, pero nada en firme. El propio periodista insistió en que el noruego simplemente exterioriza su frustración cada vez que no juega lo suficiente.
No quiere ser suplente
Está claro que a Alexander Sorloth no le gusta ser suplente, le gusta ser decisivo, sentirse importante y acumular minutos. Sin embargo, el esquema de Diego Simeone con un solo delantero usando a Julián Alvarez, unido al peso de Antoine Griezmann, ha limitado su participación. La paciencia del atacante parece estar llegando a su fin.
Desde el Riyadh Air Metropolitano transmiten calma. El club no pondrá facilidades para la salida del jugador, salvo que se cumplan los requisitos ya mencionados. El mensaje a su agente ha sido claro: si quiere marcharse, que traiga una oferta convincente, una oferta que llegue al menos a 35 millones.
Mientras tanto, el futuro del goleador noruego sigue abierto. Su enfado tras Cornellá-El Prat no ha pasado desapercibido y el mercado aún puede deparar muchas y grandes sorpresas. Todo dependerá de si algún club decide apostar fuerte por él en las próximas semanas.