El Atlético de Madrid sigue moviendo fichas en el mercado, pero no todas las operaciones avanzan al ritmo esperado. Una de las más ilusionantes para el entorno rojiblanco, la llegada de Álex Baena, atraviesa ahora un momento de incertidumbre. El periodista Rubén Uría, en su canal de Twitch, ha puesto el foco en una situación que preocupa en los despachos del Metropolitano.
Una operación que se cuece a fuego lento
Según explicó Uría, la operación entre Atlético de Madrid y Villarreal por Baena se encuentra prácticamente detenida. “Está avanzando muy lento, a paso de tortuga. Algunos dicen que casi parado”, comentó el periodista. A pesar del interés firme de los colchoneros, las diferencias económicas entre los clubes siguen siendo el principal obstáculo.

El Villarreal pide un montante que el Atlético aún no está dispuesto a asumir. Sin embargo, Uría asegura que la distancia entre ambas partes “ya no es tan grande como antes”. Los contactos entre Gil Marín y Fernando Roig continúan, y aunque hay avances, todavía no se ha llegado a un acuerdo definitivo sobre el precio y los plazos de pago.
Problemas para llegar al Mundial de Clubes
El reloj corre. Quedan apenas siete días para que el Atlético de Madrid inicie su gira de pretemporada en Estados Unidos, y el fichaje de Baena sigue sin cerrarse. Esto ha encendido las alarmas, especialmente pensando en una fecha clave: el Mundial de Clubes. La posibilidad de que el joven talento no llegue a tiempo para esa cita preocupa al cuerpo técnico de Diego Simeone.
Mientras tanto, el Villarreal ya se está preparando para una eventual salida del jugador. Según Uría, el conjunto castellonense ya negocia con Alberto Moreiro, posible recambio en caso de que Baena ponga rumbo al Metropolitano. Un movimiento que refuerza la idea de que la operación acabará produciéndose, aunque aún falte un empujón.
A pesar de todo, Rubén Uría se mostró optimista sobre el desenlace. “Tengo claro que Álex Baena va a ser jugador del Atlético de Madrid. Falta saber si estará en el Mundial de Clubes”, afirmó. Una frase que, aunque positiva, confirma que el tiempo apremia.