El Atlético de Madrid sigue reinventándose bajo la batuta de Diego Simeone, y esta vez el experimento llega desde la línea de fondo. El técnico argentino está valorando una opción que pocos veían venir: Marc Pubill como defensa central. Un movimiento que podría cambiar por completo el dibujo de la zaga rojiblanca.
El nuevo invento de Simeone
El joven futbolista, fichado este verano por unos 16 millones fijos más 4 en variables, llegó como lateral derecho, su posición natural en el Almería. Sin embargo, la competencia feroz en ese carril ha obligado al Cholo a pensar fuera de la caja. Nahuel Molina no se moverá del equipo y Marcos Llorente parte con ventaja para ser titular. Demasiada gente para una sola posición.
En este contexto, Simeone ha detectado en Pubill unas condiciones físicas y técnicas que podrían encajarle como central diestro. Su 1,91 de estatura, potencia al choque y buena lectura del juego aéreo son cualidades que podrían convertirlo en un central moderno, ideal para una línea de tres defensas. Además, su criterio con el balón mejora el inicio de jugada desde atrás.
No es la primera transformación
No sería la primera vez que el técnico argentino convierte a un jugador en algo totalmente distinto a lo esperado. Lo hizo con Marcos Llorente, transformado en todocampista cuando llegó como pivote, y con Axel Witsel, reconvertido en central tras una carrera entera como mediocentro. Ahora, la apuesta parece ser Pubill, y no como simple parche, sino como pieza con peso real en el proyecto.
Esto implica una competencia directa para Josema Giménez, que ha sido indiscutible cuando las lesiones lo han respetado. La presencia de un nuevo perfil físico y veloz como el de Pubill puede suponer un giro táctico en la planificación del Atlético. Con Savic cada vez más lejos del once y Reinildo aún sin recuperar su nivel, el Cholo busca frescura y alternativas atrás.
Además, apostar por Pubill en esa zona da mayor profundidad de plantilla sin necesidad de acudir al mercado. El club evita una inversión extra y gana un comodín con proyección. Para el futbolista también es una oportunidad de oro, ya que podría sumar muchos más minutos en una posición menos saturada.