El Atlético de Madrid tenía marcada en rojo la incorporación de un lateral izquierdo de primer nivel. Después del cierre de temporada, con la eliminación en el Mundial de Clubes y la falta de solidez defensiva, Diego Simeone pidió refuerzos en esa posición. El gran objetivo era Andy Robertson, uno de los nombres más cotizados del Liverpool.
Fichaje totalmente paralizado
El jugador escocés, veterano ya con 30 años, aparecía como el fichaje estrella para el carril zurdo. En el club rojiblanco existía optimismo moderado, especialmente tras el fichaje de Milos Kerkez por parte del Liverpool. Esa operación dejaba a Robertson en una situación delicada. Tenía contrato hasta 2026, pero era evidente que su papel en el equipo inglés podría cambiar con la llegada del joven húngaro.
Sin embargo, la operación ha sufrido un giro inesperado. Según informan fuentes cercanas al Atlético, la negociación con Robertson se ha paralizado. El motivo principal tiene que ver con las dudas personales del futbolista, más allá del acuerdo económico. El escocés, casado y con dos hijos pequeños, no termina de ver clara su adaptación a España.
El Atlético se cubre las espaldas y cierra un fichaje
Desde el Metropolitano también había ciertas reservas. Aunque el traspaso se valoraba en unos 10 millones de euros, la cifra era considerada alta para un jugador con contrato corto y que ya ha pasado su pico de rendimiento. El área deportiva valoró estos factores con frialdad y decidió no forzar la situación.
En paralelo, surgió una alternativa que ha tomado forma con rapidez. El Atlético ha avanzado mucho en la incorporación de Matteo Ruggeri, lateral de 22 años de la Atalanta. El joven italiano representa un perfil distinto, con proyección, físico y recorrido, y sobre todo, con ganas de crecer a las órdenes de Simeone. Se espera que firme por cinco temporadas a cambio de unos 20 millones de euros.
El giro hacia Ruggeri supone una apuesta de futuro. Aunque Robertson ofrecía experiencia inmediata, su llegada habría sido más un parche que una solución duradera. Ruggeri, en cambio, puede asentarse en el esquema del Cholo durante varios años.