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Imagen de fondo del periodista Antoni Bassas y otra imagen del bar de vinos el Tros desenfocada y con un interrogante delante

El desconocido negocio de Antoni Bassas al que acaba de renunciar por sorpresa

Un proyecto impulsado por el periodista, junto con Lluís Llach, en el año 2017 cierra sus puertas de forma definitiva este mes de marzo

Antoni Bassas es uno de los periodistas más reputados de Catalunya. A sus 63 años, su vida profesional está llena de experiencias y ha tenido una trayectoria dilatada en la que ha abarcado ámbitos de todo tipo.

Participó en más de 800 retransmisiones de partidos en Catalunya Ràdio con Joaquim Maria Puyal. Fue durante muchos años corresponsal en Estados Unidos e, incluso, formó parte de la candidatura de Víctor Font para la presidencia del FC Barcelona.

Ahora escribe en el diario ARA, donde también es accionista, y sigue vinculado a diferentes trabajos. Sin embargo, Antoni Bassas también tiene una visión emprendedora, y cuenta con negocios fuera del periodismo. En 2017 inauguró El Tros-Vall Llachun bar de vinos ubicado en la Calle Mallorca de Barcelona, junto a Albert Costa y Lluís Llach.

No obstante, Antoni Bassas dio un paso al lado en 2021, cuando el negocio quedó en manos de su hijo, Raimon Bassas, y del sumiller Mauri Gall. El bar tuvo una ligera renovación e introdujo innovaciones y actividades para captar más público. Sin embargo, a partir de este mes de marzo el Tros dejará de ser un local de vinos y pasará a albergar eventos privados.

Montaje del interior del restaurante El Tros con las mesas puestas y Antoni Bassas hablando con una chaqueta marrón
El bar lo inició él, aunque ahora lo lleva su hijo | estoesatleti.es, Twitter, @cellereltros, CCMA

El Tros dice adiós como bar de vinos

El objetivo del local era ofrecer una gastronomía y productos típicos del Priorat. El espacio contó con presentaciones de libros, cenas de maridaje, iniciativas y actos culturales relacionados con el vino para acercarlo al público barcelonés.

La carta contaba con una serie de platos con embutidos, quesos, ensaladas y brandada de bacalao, todo hecho con productos de proximidad. Además, el cliente podía hacer su propio ensamblaje con la ayuda de un sumiller, embotellarlo y etiquetarlo de manera personalizada.

Ahora, el Tros inicia una nueva etapa. La esencia del proyecto iniciado por Antoni Bassas seguirá intacta, y el vino seguirá siendo una pieza estructural. Sin embargo, el servicio dejará de ser apto para todos los públicos, y solo podrán acceder aquellas personas que lo reserven de forma privada.