Durante décadas, la idea de jubilarse a los 65 años ha estado grabada en la mente de millones de personas. Esta cifra funcionaba como referencia para calcular ahorros, diseñar planes financieros y planificar el futuro después del trabajo. Sin embargo, la realidad está mostrando un giro que afecta directamente a quienes se acercan a esta etapa.
A partir de 2025, el Seguro Social introduce un cambio que puede parecer pequeño, pero tiene implicaciones muy relevantes. La edad de jubilación completa ya no será la misma para todos los trabajadores. Entender este ajuste es clave para evitar errores y mantener una base económica sólida al llegar al retiro.

La nueva edad de retiro según el Seguro Social
El aumento de la edad de jubilación completa no surge de la nada. Forma parte de una estrategia trazada hace más de cuatro décadas en las Enmiendas del Seguro Social de 1983. Este plan se diseñó para garantizar la sostenibilidad del sistema en el largo plazo.
El cambio afecta de forma directa a las personas nacidas en 1959. Para este grupo, la edad de jubilación completa queda fijada en 66 años y 10 meses. Por otro lado, quienes nacieron en 1960 o después deberán esperar hasta los 67 años para reclamar el 100% de sus beneficios.

Este ajuste puede generar confusión entre quienes están próximos a jubilarse. Lo importante es reconocer que no se trata de un incremento generalizado de golpe, sino de un escalón que ya estaba previsto. Su aplicación depende del año de nacimiento de cada trabajador.
Consecuencias de jubilarse antes de tiempo
La posibilidad de jubilarse a los 62 años sigue existiendo, pero las consecuencias son más duras. Para quienes nacieron en 1959, hacerlo a esa edad significa una reducción del 29% en los beneficios mensuales. En cambio, los nacidos en 1960 o después asumirán una pérdida todavía mayor, alcanzando el 30%.
Estos porcentajes se traducen en menos dinero disponible durante toda la jubilación. La decisión de anticipar el retiro debe evaluarse con cautela. No se trata solo de acceder a los fondos antes, sino de aceptar una disminución permanente en los ingresos futuros.
Recomendaciones oficiales para el retiro anticipado
Las autoridades del Seguro Social sugieren tomar medidas para reducir el impacto del retiro temprano. Una de las principales recomendaciones es retirar primero de cuentas sujetas a impuestos. Con ello, se puede preservar mejor el valor de las cuentas de ahorro con ventajas fiscales.
También se aconseja mantener bajo el ingreso bruto ajustado modificado. Esto ayuda a optimizar la carga impositiva y a evitar que parte de los beneficios quede gravada de forma innecesaria. Es un paso práctico que marca la diferencia en la planificación a largo plazo.
Finalmente, si el dinero no alcanza, se plantea considerar fuentes de ingreso extra. Los trabajos secundarios, incluso a tiempo parcial, pueden ofrecer un alivio económico. Este recurso, aunque no siempre es la opción ideal, puede ayudar a mantener la estabilidad financiera hasta alcanzar la edad de jubilación completa.