Muchas personas comparten la pasión por la colección de monedas. El mundo de la numismática puede ser realmente fascinante y detrás de cada ejemplar puede haber una gran historia.
Las monedas pueden alcanzar un valor inmenso con el paso del tiempo. Ya sea por errores de acuñación o por su poca presencia en el mercado, su cotización puede subir y convertirse en un objeto muy preciado y buscado por todo el mundo.
En el caso de las monedas de 1 euro, existen algunas que valen su peso en oro. Las casas de subastas, coleccionistas o portales de compraventa pueden llegar a ofrecer enormes cantidades de dinero por una moneda que, a simple vista, puede parecer normal y corriente.
Estas monedas pueden venderse por mucho dinero
Asimismo, la rareza de las monedas puede otorgarles un gran valor. Por ejemplo, las primeras 2.000 unidades acuñadas, que carecen de las hendiduras laterales presentes en las monedas actuales, pueden alcanzar los 400 euros.
Asimismo, las monedas del Vaticano con el rostro del Papa Juan Pablo II, emitidas en 2002, también son objeto de gran demanda entre los coleccionistas. Tiene un valor de unos 90 euros.
Sin embargo, hay otras por las que se paga un precio más alto. La moneda más preciada de 1 euro es una pieza emitida en Mónaco en el año 2007.
En ella se exhibe la cara del príncipe Alberto II, pero no tiene las marcas habituales en los bordes. Ese fallo obligó a retirarla de circulación, y apenas quedan alrededor de 2.000 ejemplares disponibles. Se pueden llegar a pagar hasta 360 euros.
Una moneda de euro emitida por la Fábrica de Moneda de Portugal en el año 2008 también está muy buscada. Contiene un mapa de la Unión Europea, pero faltan los territorios de Bulgaria y Rumanía, países que se unieron a la Unión Europea en 2007.