La seguridad vial en Estados Unidos vive un momento de transformación. Los avances tecnológicos no solo cambian la forma en que se conduce, sino también la manera en que se regula el tráfico. Cada estado define sus propias normas, lo que genera un mosaico de legislaciones que afectan directamente al día a día de millones de conductores.
El exceso de velocidad continúa siendo uno de los principales problemas en carretera. Según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), un tercio de los accidentes se debe a este motivo. Por ello, varios estados han comenzado a aplicar sanciones más severas o a introducir innovaciones legales que buscan equilibrar seguridad y modernidad.

Tecnología y seguridad vial
Florida es un ejemplo claro de endurecimiento de la ley. La normativa aprobada eleva el importe de las multas y añade penas de prisión a partir de 30 días para quienes sobrepasen los límites. Se trata de una estrategia que combina sanciones económicas con consecuencias legales, enviando un mensaje contundente a los infractores.
En Dakota del Norte, el cambio ha sido diferente. Allí se aprobó un nuevo sistema de multas escalonadas que fija un mínimo de 20 dólares o bien unos 5 dólares por cada milla que supere el límite. Esta fórmula busca mayor proporcionalidad entre la infracción cometida y la sanción aplicada.

La digitalización también irrumpe en este escenario. Desde el 1 de julio, Georgia permite el uso de licencias de conducir digitales (mDL) gracias al Proyecto de Ley 296. Aunque de momento sigue siendo necesario portar la licencia física, a partir de julio de 2027 se eliminará esta obligación.
Cambios en la legislación de tráfico
Idaho sigue de cerca este mismo camino. La Cámara de Representantes analiza la posibilidad de implementar el sistema de licencia digital, lo que ampliaría la tendencia hacia la sustitución progresiva de todos los documentos físicos. El objetivo es que la tecnología simplifique el control policial y la vida del conductor.
Texas aparece en el mapa como el epicentro de la conducción autónoma. Austin es la ciudad elegida por gigantes como Alphabet, Amazon, Volkswagen, Avride o Tesla para realizar pruebas. Para estas empresas, las regulaciones uniformes en todo el estado son un gran atractivo.
Sin embargo, aún no existe un marco legal detallado sobre la conducción autónoma. Más allá de los programas piloto, las autoridades estatales y federales tendrán que definir una normativa clara que incluya también consideraciones éticas. El futuro del tráfico parece ligado tanto a la digitalización como a la automatización.