Edificio con el logo de Toyota y un círculo con la bandera de Estados Unidos en la esquina inferior izquierda

Toyota sorprende a los conductores de Estados Unidos: los nuevos motores que arrasarán

Toyota estudia una alternativa al motor eléctrico que puede ser más barata, rápida y viable para millones de conductores

Durante años, la industria automotriz ha apostado todo al motor eléctrico. Marcas, gobiernos y consumidores lo han asumido como el camino inevitable. Pero esa certeza podría estar cambiando.

Toyota, siempre atenta a las nuevas tecnologías, observa ahora un desarrollo inesperado. Se trata de una propuesta china que rompe por completo el molde establecido hasta hoy.

Hombre pensativo en un estacionamiento lleno de coches.
El motor de Toyota provoca un giro al mercado de los coches | Pixelshot, Rattanakun, estoesatleti.es

El futuro no siempre va enchufado

La electrificación ha sido una respuesta clara al problema de las emisiones. Sin embargo, no todos los rincones del planeta pueden adaptarse a ese modelo, ni todas las personas pueden permitirse un coche eléctrico. Ahí es donde entra una idea radical: un motor alimentado por amoníaco: no necesita baterías, ni enchufes, ni infraestructura de carga.

Solo un depósito y un compuesto químico ya utilizado en otros sectores. Este nuevo motor ha sido creado por GAC, una empresa estatal china. El prototipo cuenta con un motor de 2.0 litros y 161 caballos de fuerza, su mensaje es directo: otra movilidad es posible.

Alternativas que no estaban en el mapa

El uso del amoníaco como combustible en automóviles suena extraño, pero la idea tiene lógica. Ya se usa en barcos y transportes de mercancías, sectores donde la electrificación no ha sido viable. Según los datos del propio fabricante, este motor reduce las emisiones de carbono hasta en un 90 %.

Imagen de fondo del tubo de escape de un coche con humo negro saliendo de él, además el tubo está remarcado con un marco rojo y un símbolo de alerta
El amoníaco es una alternativa menos contaminante a la gasolina | Akaratwimages

Todo ello sin recurrir a complejos sistemas eléctricos o costosas baterías. Eso lo convierte en una solución interesante para zonas rurales o países en vías de desarrollo. Lugares donde los puntos de recarga aún no son una realidad.

Ventajas claras, pero también desafíos

El amoníaco no está exento de problemas, es un compuesto tóxico y con menor densidad energética que el diésel. Por lo tanto, debe manejarse con precaución y aún no iguala la potencia tradicional. A pesar de eso, podría ser clave en sectores donde lo eléctrico aún no compite, especialmente en rutas largas o grandes embarcaciones.

Y Toyota, siempre explorando nuevos caminos, ya ha mostrado interés. Este movimiento no implica abandonar el coche eléctrico, pero sí sugiere que no será la única vía hacia la descarbonización. Hay otras opciones en juego, como el hidrógeno… o el amoníaco.

Pensar distinto, innovar más allá

Lo más relevante de esta innovación no es solo el motor, es el cambio de enfoque. GAC ha recordado al mundo que avanzar también implica mirar fuera del guion establecido. Toyota entiende este mensaje y en Estados Unidos, donde la adopción del coche eléctrico aún enfrenta obstáculos, una propuesta así podría ser muy bien recibida.

No sabemos si estos motores llegarán a producción masiva. Pero el hecho de que existan cambia la conversación. Porque, quizá, el futuro del transporte no esté solo enchufado.