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Fotomontaje con una imagen de fondo de una maqueta de una casa y al frente una redonda roja con un cartel de Se alquila

Si vives de alquiler, estas son las cosas que el casero no te puede prohibir nunca

Los inquilinos de estas viviendas pueden llevar a cabo una serie de acciones sin el permiso del arrendador

Vivir en un piso de alquiler puede generar discrepancias entre el arrendador y el inquilino. Es complicado ponerse de acuerdo y que las dos partes estén satisfechas. La relación puede ser difícil, y es importante saber todo lo que puede hacer cada uno, qué derechos corresponden y qué cosas no deberían estar permitidas.

La Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) regula todo lo relacionado con los alquileres. Dicho esto, se aconseja leer de forma detallada todas las cláusulas del contrato. El casero puede imponer una serie de normas que no siempre, pueden ser válidas, y se puede acudir a abogados especializados para aclarar todas las dudas. 

Es posible que el arrendatario establezca clausulas en el contrato pensadas para evitar grandes cambios en la vivienda o su rápido deterioro. Como se ha explicado, algunas de estas peticiones pueden ser ilegales, y consultar a un profesional es de gran ayuda.

¿Qué cosas no puede prohibir el casero en una vivienda de alquiler?

En el contrato deben aparecer los datos personales de arrendador e inquilino, así como la duración del contrato, la subida anual del alquiler o el importe de la fianza. Todo debe estar especificado en el contrato, y es que si no el casero puede aprovecharse y prohibir ciertas cosas que no están recogidas en la LAU.

La presencia de mascotas es uno de los casos más paradigmáticos, y en caso de que no aparezca nada en el contrato, el arrendatario puede tener animales.

Asimismo, el arrendador del alquiler no puede limitar las visitas al domicilio. Sin embargo, está prohibido el subarrendamiento, que consiste en que el inquilino alquile una parte de la vivienda a otra persona. Para llevar a cabo este proceso, se debe contar con el consentimiento del casero. 

Fumar es otro de los temas más delicados. Hay personas que no soportan la presencia de humo ni el olor del tabaco, cosa que puede sucederle al propietario de la vivienda. El casero puede imponer este límite en el contrato, pero es complicado demostrar si se ha fumado o no.

¿Se pueden hacer obras en una vivienda de alquiler?

Respecto a las obras, estas pueden hacerse, lógicamente, si el propietario da el visto bueno. Hay excepciones, pero solo en obras menores que cuesten menos de 150 euros. También se puede negociar una reforma a cambio del alquiler.

También se permite pintar el piso si así lo desea el inquilino, no se puede prohibir. Sin embargo, si finaliza el contrato de alquiler, el casero puede exigir que la vivienda esté en las mismas condiciones que cuando la alquiló. Es decir, las paredes deben estar pintadas con el mismo color que cuando el inquilino en cuestión accedió a la vivienda.