Durante los últimos meses, varios reportes apuntaban a un fallo que podía poner en riesgo la seguridad de los conductores. Al principio parecía un asunto aislado, pero ahora se confirma que afecta a decenas de miles de vehículos en Estados Unidos. La marca japonesa se ha visto obligada a dar un paso que no resulta menor.
Hablamos de un movimiento que alcanza directamente a uno de sus modelos estrella. Mitsubishi ha lanzado una campaña masiva de retirada de vehículos que pone en alerta a miles de familias. Lo que parecía un detalle técnico se ha convertido en un motivo de preocupación para miles de propietarios.

Una retirada que afecta a miles de conductores
Mitsubishi ha anunciado que más de 91.000 unidades de su SUV estrella deben pasar por revisión. El problema radica en los amortiguadores de gas del portón trasero, que pueden fallar debido a la corrosión. El riesgo es claro: la puerta puede desplomarse de forma repentina como una peligrosa guillotina.
Los modelos implicados son dos de los más vendidos por la marca. El Outlander fabricado entre 2014 y 2020 suma 85.600 unidades. Por su parte, el Outlander PHEV de 2018 a 2022 añade 6.077 unidades al total.
La suma alcanza 91.700 vehículos, todos incluidos en este aviso de seguridad. La corrosión en el interior de los puntales provoca pérdida de presión y deja de sostener la puerta. La caída puede ser inesperada y con consecuencias graves.
El papel del “Cinturón de la Sal”
El origen del fallo está ligado al diseño de estas piezas y a las condiciones en que se usan. En muchos estados del llamado Cinturón de la Sal, el invierno obliga a esparcir sal en las carreteras. Esa sal termina filtrándose en los componentes y acelera la corrosión.
La campaña de retiro se limita a 27 estados donde la exposición a la sal es más intensa. Entre ellos se encuentran Alaska, Nueva York, Michigan, Ohio y otros del medio oeste y noreste. Todos tienen en común inviernos duros y carreteras tratadas con sal durante meses.

La NHTSA registró el aviso con el número 25V507 tras conocerse los primeros casos en 2023. Ahora, la retirada se pone en marcha con fecha oficial: el 6 de octubre de 2025 comenzarán las notificaciones.
Qué deben hacer los propietarios
Los dueños de un Outlander o un Outlander PHEV afectado recibirán una carta a partir de esa fecha. Solo tendrán que acudir a un concesionario oficial de Mitsubishi. Allí se sustituirán los amortiguadores por otros nuevos, con protección anticorrosiva reforzada.
El proceso es gratuito para todos los clientes. Además, quienes ya hubieran pagado por la reparación de este fallo podrán solicitar el reembolso a la marca. Mitsubishi se compromete a cubrir los gastos y a garantizar que los nuevos puntales resistan mejor.
Para comprobar si un vehículo está dentro del retiro, basta con ingresar el número VIN en la web oficial de Mitsubishi. El código de 17 dígitos aparece en la documentación del coche o en la base del parabrisas. En pocos segundos se confirma si el modelo debe ser revisado.
Impacto para Mitsubishi
No es la primera retirada de importancia en el mercado estadounidense este año. Otras marcas también han enfrentado problemas similares. Sin embargo, que le ocurra al Outlander, el SUV más vendido de la firma, supone un golpe directo a su reputación.
Los fabricantes saben que cada retirada erosiona la confianza del consumidor. En un mercado competitivo, perder credibilidad puede ser más grave que la propia reparación. El simple hecho de que un portón pueda caer de forma inesperada genera preocupación entre miles de usuarios.
Mitsubishi ha tomado medidas, pero el verdadero reto está en recuperar la confianza. El riesgo de lesiones es real y no debe tomarse a la ligera. Ahora queda en manos de los propietarios actuar y llevar sus vehículos al taller.