Telmo Zarra vino al mundo en Asúa (Erandio) el día 20 de Enero de 1921. Su lugar de nacimiento fue la estación de Erandio, así llamada en aquel tiempo (hoy estación de Asúa), de la cual era jefe su padre don Telmo. Debemos puntualizar que no nació en Munguia, como se ha asegurado en algunas publicaciones, que han equivocado a muchas personas. De Munguía es solo hijo adoptivo, y en esta localidad existe una barriada de casas que lleva su nombre.
Su familia era humilde, como casi todas las que moraban en Asúa por aquellos años; y bastante numerosa. Se componía de sus padres y nueve hermanos, cinco varones y cuatro hembras.
Sus comienzos en la andadura del fútbol fueron similares a los de cualquier chaval del barrio: jugando con pelotas de goma, papel o trapo, y rara vez con balón. Por supuesto que Telmo sí disponía de balón, ya que en su familia dos hermanos practicaban el fútbol: Tomás, el mayor, como profesional (gran portero) y Domingo «Dominguín» para los del barrio, como extremo.
¡Cuántas veces le regañó su madre, doña Tomasa, al verle llegar con las alpargatas rotas de tanto jugar al fútbol! Por aquel entonces costaban las alpargatas una peseta, cantidad de difícil consecución y más entre las familias humildes. Esta era la causa por la cual le regañaba su madre. ¿Quién le iba a decir a doña Tomasa que, con el transcurrir de los años, su hijo Telmo llegaría a consagrarse como un ídolo del fútbol mundial?
A su padre no le convencía mucho la idea de que Telmo jugara al fútbol, y le solía decir que ya era suficiente con dos hermanos en la práctica de este juego. Pero, como dice el cantar, «cuando manda el corazón ... »; y Telmo se salió con la suya, desobedeciendo los consejos de su padre. ¡Y, qué alto se encumbró! Los primeros equipos en los que jugó, sin federar, fueron el Asúa y el Pitoberese.
Durante el transcurso de la guerra civil española, en 1937, el padre de Telmo fue trasladado a Munguía y, con él se fue toda su familia. En la temporada 1937-1938 fichó Telmo por el Erandio y, en 1939-1940, fue seleccionado para jugar representando a Vizcaya contra la selección guipuzcoana. Este partido se celebró en San Mamés y ganaron los vizcaínos por 9 a 1.
De los nueve goles de esta memorable jornada, siete los metió Zarra y dos Gorostiza, estos siete goles fueron los que catapultaron a Telmo hacia la fama fichando por el Athletic aquella misma temporada, cobrando entonces 4.000 pesetas.
Carrera profesional como jugador
El primer debut de Zarra con el Athletic fue en el campo del Sardinero, jugando un partido amistoso con el Santander. La delantera que se presentó aquel día estaba formada por: Iriondo, Panizo, Zarra, Gárate y Gaíriza. En este partido tuvo Zarra una gran actuación y demostró sus grandes cualidades para tan difícil puesto como es el de ariete.
Durante la temporada 1941-1942, siendo entrenador Juanito Urquizu, fue cuando Zarra vistió oficialmente la camiseta del Athletic. En el transcurso de esta temporada se incorporó al Ejército, y fue destinado a la plaza de Ceuta, en cuyo equipo jugó durante su estancia en aquella plaza algunos partidos amistosos.
El año 1942 fue de triste recuerdo para Zarra: jugando la final de la Copa contra el Barcelona, un remate desacertado de Telmo privo al Athletic del título de campeón. Había finalizado el partido en empate y, durante la prórroga, encontrándose Telmo solo ante el marco defendido por Miró, desperdició un gol casi cantado.
En la temporada 1942-1943 quedó campeón de Liga el Athletic con una ventaja de tres puntos sobre el segundo clasificado, que fue el Sevilla. Aquella misma temporada se jugó la final de la Copa contra el Real Madrid, en el estadio Metropolitano, consiguiéndose el título de campeones, al vencer por uno a cero. El gol del triunfo fue obra de Zarra, de un remate de cabeza.
Al año siguiente sufrió su primera lesión seria. Esta se produjo jugando en Barcelona en un encontronazo donde se fracturó la clavícula. Una vez restablecido de su lesión, volvió a los campos y ese mismo año el Athletic volvió a ser campeón de Copa.
La temporada siguiente consiguen ser otra vez más campeones de Copa, al ganarle al Valencia en Barcelona por dos a cero. La alineación que presentó el Athletic, fue la siguiente: Lezama, Arqueta, Oceja, Celaya, Bertol, Nando, Iriondo, Escudero, Zarra, Panizo y Gaínza. También en este partido aportó Zarra su gol. No obstante, fue en ese partido cuando se produjo el mayor disgusto de su vida deportiva: en un choque entre un jugador del Valencia y Zarra, su contrario cayó al suelo y Escartín, que era el juez de la contienda, sin pararse a meditar, expulsó a Zarra, sin causa justificada.
Con anterioridad a esta final, Zarra había sido ya internacional en dos ocasiones y las dos contra Portugal. Los partidos se jugaron el 11 de Marzo, en Lisboa, y el 6 de Mayo, en La Coruña. Zarra recordaba emocionado el orgullo y la responsabilidad que sintió cuando vistió por vez primera la camiseta de internacional.
De las múltiples veces que en su dilatada vida futbolística fue internacional guardaba Zarra un grato recuerdo; pero de uno particularmente guarda el mejor: corresponde este a la fecha del 2 de julio de 1950. Cuenta Telmo que tenía miedo de no ir a Río (Brasil), ya que en su puesto había otro ariete de excepcionales condiciones, como era César. Para clasificarse tenían que jugar contra Portugal. El 2 de Abril de 1950 jugaron en Madrid el primer partido, y ganaron por cinco a uno. En este partido marcó Zarra dos goles.
El segundo partido se jugó en Lisboa y empataron a dos goles, marcados por Zarra y Gaínza. Con este resultado quedaron clasificados y se fueron a Brasil. El grupo en el que quedó incluida España parecía que no era de difíciles adversarios, a excepción de Inglaterra, ya que los restantes equipos Estados Unidos y Chile no parecían sobre el papel grandes adversarios. Los españoles vencieron a los estadounidenses y a los chilenos. Después de eso, se enfrentaron a Inglaterra en el «Partido del Siglo», como lo denomina Telmo. A España le bastaba con un empate, pero no así a los ingleses, que precisaban ganar para pasar a la siguiente fase.
Desde el comienzo del partido, los ingleses acosaban la portería española constantemente; en particular por medio de sus extremos: Mattews y Finey. La defensa española actuó muy bien y, en particular, Ramallets, que aquel día lo paró todo. Dice Telmo que a él no le llegaba un balón en condiciones, por culpa de la defensa y, en particular, por Wright, que fue su sombra.
El gol de España se gestó de la siguiente manera: sacó Ramallets y le pasó a Alonso; avanzó este y le cedió a Gaíriza que, de cabeza, le envió a Zarra; el cual, a bote pronto, sin pérdida de tiempo, ya que el portero inglés Willians se le tiró a los pies, envió el balón a la red de un disparo no fuerte, pero sí bien colocado. Este histórico gol quedó plasmado en una memorable fotografía. Posiblemente sea este uno de los goles más rememorados por Telmo.
De tan histórico partido y de otros, guardaba en su museo particular piezas de entrañable valor deportivo histórico. En él se encontraba la camiseta con la que marcó el gol a Inglaterra en el Estadio de Maracaná (Río de Janeiro). Esta camiseta fue cedida por Telmo, desinteresadamente para que se subastara por los damnificados de Santurce, en 1967, en aquel memorable programa de radio: «Ustedes son formidables». Como siempre, Telmo gran caballero.
Otro de los recuerdos que más marcó a Zarra fue el del día 29 de Abril de 1954, fecha en la que España entera le tributó un cálido y merecido homenaje en Madrid. Fue tanta la emoción que embargó a Telmo aquel día que no pudo hablar con ninguno de los compañeros que quisieron estar a su lado en tan memorable fecha.
Un buen día colgó Telmo las botas como profesional; pero siguió jugando de amateur. Posteriormente, fue requerido para jugar en el equipo de veteranos de Vizcaya, y lo hizo muy gustoso. Los beneficios de estos partidos eran dedicados a obras de beneficencia. Una ligera indisposición en la vista fue la causa de que Telmo dejara de jugar al fútbol y, de esta manera, abandonó los terrenos de juego con gran pesar y sentimiento, pues fue la parte más esencial de su vida la dedicada al fútbol.
Méritos personales
-Fue en seis ocasiones máximo goleador, como si fuera el «Pichichi» actual: temporada 1944-1945, 1945-1946, 1946-1947, 1949-1950, 1950-1951 y 1952-1953
-Fue veinte veces internacional y metió veinte goles, que se pueden distribuir, de promedio, a uno por partido.
-Fue el jugador que más goles marcó en una temporada: 38
-Fue la Cabeza de Oro del fútbol Nacional. Zarra fue ariete de la furia.
-Tiene la medalla al Mérito Deportivo.
-Se decía que era la segunda Cabeza de Europa, después de la de sir Winston Churchill.
Zarra sigue siendo, y será, la figura legendaria que siempre ha de añorarse en los campos de fútbol. Fue un Gran Caballero, en los campos de fútbol y fuera de ellos.
Esta es una somera biografía de la vida de Zarra. De él se ha escrito infinidad de páginas en los diarios deportivos y se podrían escribir muchísimas más, ya que su dilatada vida deportiva ha sido muy relevante.