El pasado 24 de noviembre se desmenuzaba el alma en casa de los García Junyent. Mariona, la hija mayor de la familia, moría con sólo 21 años. El cáncer se la había llevado demasiado pronto y era su padre, Óscar, quien lo contaba en las redes sociales. "Vuela alto, amor mío", escribía en una sentida carta en Instagram el ex jugador de Barça y Espanyol.
Ahora, cuatro meses después de la tragedia, Òscar Garcia Junyent ha querido hablar de ello abiertamente. Lo ha hecho en El Suplemento, de Catalunya Ràdio. Con una entereza envidiable, el sabadellense ha hablado de la crudeza y el dolor que ha sentido la familia tras la muerte de Mariona.
"Mis pequeñas no pueden entenderlo..." , ha explicado Òscar. "Ha sido un proceso que ha durado años. En un principio parecía que no podría volver a ocurrir, pero recayó. Han sido unos años sin descanso y, por desgracia, los doctores nos adelantaron lo que acabó pasando", ha dicho.
"Siempre les digo a las niñas: es lo más duro que vas a pasar en la vida"
"Siempre les digo a las niñas: eso es lo más duro que vas a pasar en la vida. Siempre tendremos esa desgracia en nuestra vida. No hay algo más duro que eso y hay que mirar hacia delante", dice el exfutbolista de Barça y Espanyol sobre el proceso de aceptación que están ocurriendo en casa.
"A mis hijas también les digo que deben ayudarse entre ellas y deben llorar cuando quieran llorar. Que hagan lo que sientan. Al final, no hay cosa más dura que ésta", dice.
"Hablar de ello es bueno. No somos los primeros a los que les va a pasar. Estamos muy agradecidos en el hospital por cómo nos han ayudado y cómo nos han tratado. No podemos detenernos, nosotros tenemos otras dos niñas y tenemos que hacer todo lo posible para que tengan una vida lo más normal posible", sentencia.
"¿Por qué no me ha pasado a mí?"
"Yo me pregunto por qué no me ha pasado a mí. En lugar de haberle pasado a ella, podría haberme tocado a mí... es la pregunta que me hago. Ella tenía toda la vida de antemano. Son reflexiones. Pero sabes que en la vida no puedes controlar lo que te llega, solo como te lo tomas", explica Junyent sobre una noticia que ha desquiciado a la familia.
De ancianos a hijos, la familia atraviesa un proceso integral de aceptación: "Mis padres han tenido que enterrar a una nieta. No es normal, ellos han hecho toda su vida. Que ocurra a una niña pequeña así con solo 21 años es antinatural".
Pero el recuerdo siempre la mantendrá viva. "Me gusta recordarla cuando ha estado bien, que pobre ha pasado unos malos años. Era muy fuerte, muy vital y con ganas de hacer cosas. Era como la madre de las otras dos hermanas. La recuerdo con mucho cariño, evidentemente", sentencia Òscar.