Las contradicciones políticas en China llegan al fútbol: el sector social y económico que el presidente Xi Jinping ha seleccionado para llevar al país a un nuevo escenario político. Las inversiones a raudales para traer a grandes estrellas de las ligas occidentales se topan de frente contra las medidas restrictivas del gobierno para moderar los costes. Una esquizofrenia que no hace dudar que el país asiático es una potencia mundial pero que muestra que todavía se rigen por una tradición particular.
De esta manera, a pocos días de que inicie el mercado de fichajes de la Super League, la federación ha anunciado un impuesto del 100% de las transferencias por los futbolistas extranjeros que cuesten más de 45 millones de yuan (6 millones de euros). Es decir, los clubes deberán aportar el mismo valor de la compra a un fondo federal para el desarrollo de las categorías inferiores. La misma medida se aplicará a las trasferencias chinos superiores a los 20 millones de yuan (2,7 millones de euros). Por tanto, comprar a un jugador ahora costará el doble.
El objetivo es poner freno a la compra compulsiva que ha tenido lugar en los últimos mercados. Aunque la tasa sólo afecta a las contrataciones y no a los súper sueldos (basta pensar en los 38 millones que gana Tevez al año en el Shangai Shenhua).
El fútbol continúa siendo crucial en oriente, no existe otro segmento con un crecimiento mediático igual. A pesar de la crisis económica en todo el mundo, el negocio que rodea a este deporte no para de aumentar. Por eso en China aseguran que estas tasas no supondrán un estancamiento en uno de los campeonatos que más está gastando en el mundo.
En la temporada 2016/17 los gastos de los clubes de la Super League en neto han sumado casi 400 millones de dólares. Sólo la Premier League inglesa ha registrado un saldo más elevado (casi 800 millones). Por poner un ejemplo, la compra más cara ha sido la de Oscar, que dejó el Chelsea para irse al Shangai SIPG por 60 millones. A muchos estas inversiones no les ha valido para mejorar su clasificación: Lavezzi y Tevez se fueron al Hebei China y Shenhua respectivamente y ambos equipos han acabado en el fondo de la tabla.
Esta es la segunda medida ‘restrictiva’ que implementan en todo el año, la temporada pasada redujeron el número de extranjeros en el campo a sólo 3 por escuadra. Esto ha supuesto que existan rotaciones entre las grandes ‘estrellas’ y alguna acabe siempre en tribuna. El fútbol chino evoluciona económicamente pero cada vez con más medidas proteccionistas.