Recientemente se realizó una entrevista a José Luis Sánchez, presidente de Señales de Humo, para recibir más información sobre cómo se había desarrollado la Asamblea Extraordinaria de Socios de su asociación. Confirmó que se habían tratado los dos puntos del orden del día.
En primer lugar se trataba de ver como avanzaba el proceso de negociación abierto con el Consejo de Administración, más concretamente con el Consejero Delegado, D. Miguel Ángel Gil-Marín respecto a la situación jurídica y social del club.
Se ha facultado a la junta directiva de Señales de Humo a continuar en las mencionadas conversaciones siempre y cuando no se sobrepase una raya roja claramente definida de tal manera que nunca se renuncie a la reivindicación fundamental de la asociación de que una parte mínima de la Sociedad debe estar en manos de los aficionados del club. Se aspira a que los aficionados ostenten en conjunto, como mínimo, el mismo porcentaje de acciones de los que va a disponer el Señor Wang (que según la negociación culminada en enero se establece un 20% del accionariado del Atlético de Madrid).
Desde que se celebrara el mes pasado la junta de accionistas del Club Atlético de Madrid había trascendido que era una reivindicación innegociable de la asociación y una condición esencial para que Señales de Humo sellara un pacto de estabilidad dentro del club, que los aficionados del club controlaran un grupo de acciones equivalente al capital extranjero que entrara.
El principal impedimento es el precio de oferta, ya que el precio por acción que se ha fijado para el Sr. Wang no es asumible ni razonable como coste para los aficionados y no respeta restablecer el statu quo previo a la ampliación de capital de 1992. Este paso pretende que los aficionados del Atlético de Madrid vuelvan a tener voz y parte en el club y subsane en parte las modificaciones societarias que, a juicio de Señales de Humo, han sido irregulares y abusivas por lo que han sido impugnadas en las correspondientes instancias judiciales.
Este mínimo de participación en el club de los aficionados de base estaría en torno a un 5%, pero si se establece una relación de equidad con la entrada de nuevos accionistas mayoritarios aspirarían a sustentar un 20% de las acciones mediante alguna fórmula.
Sin avances en lo societario, pero sintonía plena en lo social
Las conversaciones con el Consejo del Club en lo social sí han sido fructíferas, cordiales y relevantes. Prácticamente se puede decir que ha habido un entendimiento pleno y sintonía en el parecer de como debe discurrir el área social del Atlético de Madrid.
Para Señales de Humo sin embargo, los aficionados no pueden ser meros resortes consultivos, sino que deben ser una fuerza viva del club por lo que sin solucionar los problemas societarios anteriormente mencionados no se podrán llegar a soluciones satisfactorias para ambas partes y sellar una paz social (y societaria) deseada por ambas partes. Esto pasaría, en opinión de Señales de Humo, por poner en manos del aficionado capital social a un precio razonable para restablecer una situación jurídica aceptable para el aficionado.
Esta reparación de la situación accionarial del Atlético de Madrid implicaría que hubiera al menos 100.000 accionistas, cada aficionado con 2 o 3 acciones y que esas acciones en conjunto supongan una fuerza que deba ser tenida en cuenta por el club y ejerza un control sobre las decisiones que toman los accionistas mayoritarios.
El decálogo de democratización del club como palanca de negociación
El decálogo de democratización del club aprobado en la asamblea de febrero se ha remitido al Consejo para su valoración y adopción. El decálogo, dentro del ambiente de intento de acercamiento apreciable que muestra el Consejero Delegado muy alejado de la confrontación del pasado, ha servido como mecanismo de diálogo entre Señales de Humo y el Consejo.
Así el Consejo remitió una contrapropuesta del decálogo, respondida en dos ocasiones por Señales de Humo y de nuevo debidamente respondidas por el Consejo. La última llegó el viernes pasado en sobre cerrado y ha sido leída durante la asamblea. A pesar de que tanto el Consejo como Señales de Humo han modulado en parte sus expectativas, las discrepancias en lo societario se consideran hoy por hoy insalvables.
Se sometieron a votación las discrepancias relevantes entre el decálogo original y la última propuesta del Consejo. Había las opciones de rechazar el diálogo y terminar las negociaciones (retomando las vías de reclamación y protesta utilizadas antes de esta etapa de negociación) o bien continuar dialogando.
A pesar de que la propuesta del Consejo se considera claramente insuficiente sobre todo en lo concerniente al accionariado del club se toma la decisión en asamblea de no cerrar ninguna vía, prosiguiendo con las negociaciones con el Consejo y retomando la vía jurídica para hacer las reclamaciones y llevar a cabo los litigios que pudieran iniciarse en las instancias donde fuera necesario para hacer valer los derechos de los aficionados del Atlético de Madrid.
Sin ir más lejos el próximo 9 de junio hay un juicio por la ampliación de capital del 2003 que ha quedado anulado sobre el valor que se debería resarcir a los accionistas. La última oferta del club estaba en 61,9€ por acción. Señales de Humo estima que una sentencia fijaría un precio mayor y esa vía de reclamación sigue por tanto viva y pendiente de una decisión judicial.
Esta cifra no es casual pues es el precio por acción fijado para la ampliación de capital que Wang Jianlin debe formalizar hasta el lunes próximo. Cualquier persona puede unirse a esa ampliación de capital.
Señales de Humo ha hecho una propuesta de un precio por acción más alto para los accionistas antiguos y está pendiente de respuesta por parte del Consejo de Administración del Club.
Sin solución a la vista
Las posiciones de ambas partes está bastante fijada (y distante lamentablemente) en el aspecto accionarial por lo que parece que la vía de la negociación se acaba, pero se ha propuesto no cerrar ese canal por si se pudiera llegar a un acuerdo (que por momentos se antoja poco probable).
El Consejero del Club se ha cerrado en banda a los posibles acuerdos sobre posesión de capital social, indemnización en caso de incumplimiento o el reflejo en los estatutos de dicha condición hace que no tenga apenas valor la buena predisposición a discutir sobre otros asuntos.
Señales de Humo rechaza frontalmente la creación de un órgano consultivo de aficionados aunque esté dotado de presupuesto y medios si no tiene una capacidad de ejercer un poder real y palpable y servir de garante del interés general del Club.
Hora de abrir la tercera vía, la de Wang Jianlin
Señales de Humo se ha propuesto a partir de la Asamblea de este sábado iniciar contactos con la parte que va a formar parte del accionariado del Atlético de Madrid, el grupo Wanda encabezado por el empresario chino Wang Jianlin para poner en su conocimiento los problemas societarios habidos, los juicios en curso y recoger su parecer sobre el conflicto pre-existente en el accionariado y entre los aficionados del club. El Sr. Wang no será de hecho accionista en firme hasta que no finalice el plazo de ampliación de capital.
Futuro incierto en Sherwood
Señales de humo (a los que Miguel Ángel Gil-Marín tilda en ocasiones como Robin Hoods) sí reconocen que se han hecho importantes avances en establecer un canal de diálogo y estar abierto a recibir sugerencias en el área social de buen grado. Sin embargo la cerrazón a dar su brazo a torcer y restablecer una situación societaria en la que todos los atléticos se sientan dueños en parte de su Club mantiene el conflicto en un callejón sin salida.
Miguel Ángel Gil-Marín y Enrique Cerezo deben decidir si quieren seguir siendo los sheriffs prescritos y colaboradores necesarios de Sherwood o quieren firmar la paz social (y sobre todo societaria) que el Atlético de Madrid y sus aficionados merecen.