El Valencia CF es un auténtico desastre institucionalmente. La afición ha pedido en infinidad de ocasiones la dimisión a la directiva presidida por Peter Lim, pero parece que las pitadas en Mestalla no llegan al palco. La última víctima de esta crisis es el propio técnico, Rubén Baraja, quien necesita más de cinco fichajes y no para de ver como pierde jugadores con los que contaba.
Facundo González llegó al Valencia CF en 2019 y tan solo cuatro años después, siendo una pieza importante del filial, ha sido vendido a la Vecchia Signora por 2 millones de euros. Rubén Baraja contaba con el central después de las múltiples bajas que ha sufrido su plantilla, pero una vez más, el presidente no le ha tenido en cuenta.
La venta de Facundo González evidencia el divorcio entre Rubén Baraja y la directiva
El cuadro transalpino ha sido listo y ha pescado en el río revuelto que es el Valencia CF desde que Peter Lim se convirtió en dueño del club. Los italianos se han llevado al defensor uruguayo, quien solo tiene 20 años y promete ser un fijo en la selección charrúa los próximos años. En su paso por la capital del Turia no ha podido debutar con el primer equipo y aunque este año podía tener muchas opciones, ha puesto rumbo a la Serie A.
Por suerte para la afición del Valencia CF, Rubén Baraja está de su parte y no quiere engañar a aquella grada que hace unos años coreaba su nombre. Por ello, el técnico cuenta la situación que vive sin pelos en la lengua y sin crear falsas esperanzas entre unos seguidores que están viendo como la directiva hunde el club.
"Lo que no voy a hacer estando aquí es fallar a los aficionados y decir cosas que no son coherentes... Necesitamos gente por fuera, gol arriba. Es una obviedad que nos hubiera gustado tener otras posibilidades a falta de cinco días, pero tenemos que aceptar lo que tenemos en este momento. De momento no hemos podido mejorar, pero hay que confiar en que se pueda hacer", declaró Rubén Baraja hace pocos días.
El valencianismo quiere llegadas que les permitan volver a su lugar
En las redes sociales se ha podido ver como muchos de los aficionados continúan descontentos por la gestión, pero hay una consigna clara: no criticar a los canteranos del primer equipo. En el tramo final de la temporada pasada ya vimos como los jóvenes de Paterna fueron los 'salvadores' de un descenso que parecía casi asegurado. Este curso veremos aún más en la primera plantilla y por ello la afición sabe que estos jóvenes no deben tener la responsabilidad de la situación del club.
Rubén Baraja continúa presionando para que llegue alguno de los fichajes que ha pedido, pero por el momento solo ha incorporado a Pepelu y Ozkacar. La temporada la empezarán el viernes a las 22 horas contra un Sevilla que quiere volver a los puestos de Champions y contra los que hace no muchos años competían de tú a tú. Ahora la responsabilidad recae en los efectivos ché, quienes tendrán que intentar competir por todo y estar a la altura de una de las mejores aficiones del campeonato.