El Atlético de Madrid sabe que debe liberar masa salarial si quiere afrontar en el mes de enero ciertos fichajes que les hagan mejorar. Desde el club rojiblanco tienen varias opciones que gustan a Simeone como posibles incorporaciones, pero primero hay que dar salida a algún jugador. El caso más claro y sonado es el de uno de los mejores amigos de Antoine Griezmann dentro del vestuario, el francés Thomas Lemar.
El inicio de un adiós anunciado
Lemar, que fue fichado en 2018 por una cifra cercana a los 72 millones de euros, nunca logró consolidarse como una pieza clave en los planes de Simeone. Su calidad y visión prometían mucho, pero las lesiones y la falta de regularidad en su rendimiento han lastrado su carrera en el Metropolitano. Es por esto que el club lo ha posicionado en la rampa de salida de cara al mes de enero.
En la actualidad, su situación es insostenible, para el club y para el propio jugador. El francés ha acumulado una serie de lesiones, incluida una rotura del tendón de Aquiles la temporada pasada, que lo ha mantenido prácticamente un año y tres meses fuera. Apenas ha disputado 28 minutos en la presente campaña, divididos en dos partidos.
La competencia no da tregua
En contraste, sus compañeros en el centro del campo y las bandas han elevado su nivel y se han convertido en pilares del esquema. Koke, Pablo Barrios, Rodrigo de Paul, Conor Gallagher y Marcos Llorente dominan la zona media. En las bandas jugadores como Nahuel Molina, Giuliano Simeone, Samu Lino, Rodrigo Riquelme y Javi Galán han demostrado estar en un gran estado de forma.
Con este contexto, no hay espacio para que Lemar recupere protagonismo, lo que ha llevado al club a tomar una decisión drástica: buscarle una salida en enero. Una decisión que para muchos llega tarde, pues desde hace dos o tres temporadas se veía que el francés no encontraba su hueco.
Una operación compleja, pero necesaria
El Atlético de Madrid sabe que no será fácil encontrar un club dispuesto a fichar a Lemar en su estado actual. La combinación de un historial reciente de lesiones, su falta de minutos y su salario elevado complican la operación. Por ello, la dirección deportiva está dispuesta a explorar todas las opciones, incluyendo una cesión con posibilidad de compra.