El nombre de Diego Costa vuelve a sonar con fuerza en el entorno del Atlético de Madrid. Esta vez no es por un fichaje ni por un regreso soñado, sino por unas declaraciones que han resonado con fuerza entre los aficionados colchoneros. El hispano-brasileño ha lanzado una crítica que, para muchos, es también un aviso: “Hay que tener sangre”.
Las palabras de Diego Costa
Todo surgió en una conversación informal durante el Mundial de Clubes, en la que participaron varios exjugadores rojiblancos como Costa, Tiago Mendes y Miranda. El tema de fondo era la falta de carácter que, según ellos, muestra el actual Atlético. Y como ejemplo, Diego Costa recordó el penalti a dos toques que Julián Alvarez ejecutó.

“Eso no acaba la tanda si estamos nosotros”, soltó sin rodeos el exdelantero. “Raúl García, Godín o yo mismo habríamos parado el partido. Nos habrían expulsado, pero no pasa como si nada”, añadió. Una frase que muchos interpretan como una auténtica declaración de intenciones y una crítica a la falta de rebeldía del equipo actual.
Falta de carácter
Las palabras de Diego Costa no pasaron desapercibidas en el Atlético de Madrid. Dentro del club hay quienes comparten esa visión nostálgica, esa sensación de que falta algo más que fútbol. De que el equipo necesita recuperar esa garra que en su día personificaban tipos como Gabi, Raúl García o el propio Costa.
En este contexto, ha generado ilusión el fichaje de Álex Baena, un jugador con carácter, pegada y personalidad. Para muchos, su llegada es un intento de reencontrarse con ese espíritu combativo que definía al Atlético de Simeone. “Tiene mala leche, no es solo un jugador de toque”, comentan quienes le conocen bien.
Costa, que fue uno de los símbolos del equipo campeón de Liga en 2014, siempre defendió un estilo directo, físico y emocional. Para él, el Atleti debe ser incómodo, salvaje, desafiante. Lo contrario a un equipo que permite que le marquen un gol con una jugada de entrenamiento sin reaccionar. En tiempos donde el talento es importante, Costa recuerda que sin corazón, sin orgullo y sin carácter, el Atlético de Madrid no es el mismo.