La llegada de Alexander Sörloth al Atlético de Madrid generó muchas expectativas, pero a medida que avanza la temporada, la realidad ha sido muy diferente. Con un rendimiento que ha dejado mucho que desear, el delantero noruego se encuentra bajo el escrutinio de la afición. A medida que se acumulan las críticas, algunos observadores, incluidos los de la competencia, comienzan a sonreír al recordar que Laporta, presidente del FC Barcelona, decidió no ficharlo.
El interés que despertó Sörloth
Sörloth llegó al Atlético tras una temporada destacada en el Villarreal, donde estuvo a un paso de ganar el Trofeo Pichichi. Sin embargo, una lesión inoportuna le impidió alcanzar el premio. A pesar de ello, su rendimiento fue suficiente para atraer la atención de varios clubes europeos. Durante el verano, tanto el Barcelona como el Real Madrid consideraron su fichaje, pero ambos presidentes decidieron no arriesgarse.
A pesar de esto, el Atlético no dudó en cerrar su incorporación, invirtiendo 32 millones de euros, más otros 10 millones en función de variables. Sin embargo, esta inversión parece ser, hasta el momento, un error de cálculo.
Un inicio decepcionante
Hasta ahora, Sörloth ha logrado marcar solo tres goles y repartir dos asistencias en 13 partidos, cifras muy por debajo de lo esperado para un delantero que llegó con tantas expectativas. Su estilo de juego no parece encajar con el sistema propuesto por Diego Simeone, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su utilidad en el equipo. A diferencia de su etapa en Villarreal, donde fue una amenaza constante, en el Atlético se le ha visto perdido, distante del área rival y sin la capacidad de generar peligro.
Las comparaciones con Joao Félix, otro jugador que tuvo problemas para adaptarse al esquema de Simeone, han comenzado a surgir. Los críticos no tardaron en afirmar que el Atlético se equivocó al apostar por Sörloth, y la presión sobre el entrenador argentino aumenta con cada partido.
Un partido que lo ha marcado
El pasado miércoles, Sorloth dispuso de hasta cuatro ocasiones claras de gol para anotar, pero las desperdició todas. La afición terminó desesperada con el desempeño del noruego y esto puede ser algo complicado para él. Mentalmente puede pasar factura para un delantero desperdiciar tal cantidad de ocasiones en un partido importante.