El Atlético de Madrid está a punto de cerrar uno de los capítulos más largos y emocionales de su historia reciente. Saúl Ñíguez, uno de los canteranos más emblemáticos del club en el siglo XXI, está muy cerca de poner punto final a su etapa como rojiblanco. El centrocampista de Elche no entra en los planes de Diego Simeone para la próxima temporada y ha decidido aceptar una nueva aventura lejos del Metropolitano.
Sin oportunidades
Después de varias cesiones en los últimos años y de una clara pérdida de protagonismo, Saúl ha entendido que su ciclo en el Atlético de Madrid está agotado. La opción del Trabzonspor, donde juega su excompañero Stefan Savic, se ha convertido en el destino ideal. El club turco le ha ofrecido un contrato de tres temporadas, y el jugador ya ha pactado las condiciones personales para su fichaje.
A sus 30 años, Saúl ha decidido priorizar un proyecto donde pueda sentirse importante de nuevo. El Atlético, por su parte, necesitaba aligerar masa salarial y veía complicada cualquier fórmula que implicara mantener al jugador sin continuidad. Su elevado sueldo era un lastre para la planificación deportiva y financiera de la entidad.
Llega a Turquía
El club rojiblanco y el futbolista están ultimando los detalles de una rescisión amistosa de contrato. La vinculación de Saúl con el Atleti expiraba en junio de 2026, pero ambas partes prefieren resolver la situación dos años antes. El objetivo es facilitar su salida y evitar más cesiones poco productivas como las vividas en el Chelsea o en el Sevilla.
Desde su debut con el primer equipo, Saúl Ñíguez ha disputado más de 350 partidos con la camiseta del Atlético de Madrid. Su gol al Bayern en semifinales de Champions o su papel clave en la conquista de LaLiga 2020-21 son ya parte de la memoria rojiblanca. Sin embargo, su rendimiento ha ido cayendo desde 2020, y su papel ha sido cada vez más residual.
Para Simeone, el nuevo proyecto exige sangre fresca y perfiles con otro tipo de energía. El técnico argentino ha agradecido su entrega, pero entiende que el tiempo de Saúl ha terminado. El jugador se marcha en silencio, sin hacer ruido, pero dejando una huella profunda. Su adiós simboliza también el cierre de una era para el Atlético de Madrid.