El Atlético de Madrid consiguió cerrar la semana pasada a Clement Lenglet, el central zurdo del Barcelona. A sus 29 años, el francés llega para fortalecer la defensa rojiblanca y hacerse con la titularidad. Su incorporación ha sido muy hablada y discutida durante estas semanas, pues se sabe que no era la opción favorita de los rojiblancos.
Gil Marín estuvo apretando hasta el final para poder fichar a David Hancko, jugador del Feyenoord. Sin embargo, no consiguieron llegar a las pretensiones económicas de los neerlandeses y optaron por el plan B. El Atlético de Madrid sabía que las negociaciones con el Barcelona iban a ser sencillas y económicas.
Aunque según varios medios, Lenglet era un jugador pedido por Simeone, el argentino tuvo claro a quién quería hace unos meses. Admitió públicamente que le gustaría que Mario Hermoso siguiera en el club, pero la dirección deportiva no aumentó la oferta de renovación. El central madrileño quería más dinero, pero Gil Marín consideró que debía reducir la masa salarial.
Sin equipo
Mario Hermoso fue una pieza clave la temporada pasada en los esquemas de Diego Pablo Simeone. El central español fue uno de los jugadores que más minutos disputó y se hizo dueño y señor de la posición de central zurdo. Su gran salida de balón era lo que le hacía diferencial y lo que el cuerpo técnico consideraba fundamental.
Hermoso se marchó por la puerta de atrás, pese al claro interés de Simeone de que continuase a sus órdenes. Desde la dirección deportiva sabían que hacía falta un lavado de cara defensivo y la marcha del español era una gran opción. Ahora, espera a que llegue la oferta que le haga decantarse por un equipo y volver a la competición.
Lenglet lo desplaza
Ante la demora del Atlético de Madrid en firmar al más que necesario central zurdo, empezó a especularse con la vuelta de Mario Hermoso. Sin embargo, de un día para otro, se descartó a Hancko y al resto de opciones y Gil Marín cerró a Lenglet. Tras unos años con pocos minutos, el francés deberá recuperar su mejor versión.
Simeone tendrá por delante el reto de poder volver a ver a aquel jugador que maravilló en Sevilla e hizo al Barcelona casi 40 millones de euros. A sus 29 años, tiene la oportunidad de volver a ser ese defensor de élite al lado del mejor entrenador posible, Diego Pablo Simeone.