El mercado de fichajes puede ser una montaña rusa de emociones, tanto para los equipos como para los aficionados. En el caso del Atlético de Madrid, la historia de Clement Lenglet y Cristhian Mosquera destaca como un ejemplo claro de las complejidades que caracterizan estos periodos.
El deseo inicial de Simeone: Mosquera
Desde el comienzo del verano, el Atlético de Madrid tenía claro que necesitaba reforzar su defensa. Diego Simeone, el entrenador rojiblanco, tenía en mente a un joven talento que parecía ideal para el sistema del equipo: Cristhian Mosquera, del Valencia. Mosquera, un prometedor defensor español, era visto como una adición valiosa al equipo, capaz de ofrecer solidez y potencial a largo plazo.
El Atlético realizó dos ofertas oficiales por Mosquera. La primera, que llegó antes de que el equipo asegurara a Robin Le Normand, ofrecía alrededor de 20 millones de euros fijos, con posibles variables que podrían acercarse a los 25. Sin embargo, esta oferta fue rechazada, y el Atlético, viendo que la operación no avanzaba, empezó a considerar otras opciones.
El papel de Peter Lim y las negociaciones fallidas
A pesar de los intentos del Atlético, Peter Lim se mantuvo firme en su precio de 25 millones de euros por Mosquera. La segunda propuesta, realizada ya en agosto, subió el monto fijo a cerca de 22 millones, con variables que finalmente alcanzarían los 25 millones. A pesar de esto, el dueño del Valencia no dio su visto bueno.
El Atlético también estuvo en conversaciones paralelas con otros jugadores, como el eslovaco Dávid Hancko del Feyenoord. Sin embargo, las negociaciones con Hancko se complicaron, y el Atlético no consiguió cerrar el trato. Esto llevó al club a reevaluar sus opciones.
El cambio de dirección y la llegada de Lenglet
Con las puertas cerradas para Mosquera y Hancko, el Atlético se vio en la necesidad de buscar alternativas. Finalmente, se decantaron por Clement Lenglet, un central hispano-francés cedido por el Barcelona. Aunque Lenglet es un jugador experimentado, su llegada fue vista como una solución de último recurso en comparación con la promesa que representaba Mosquera.
La decisión de fichar a Lenglet, en lugar de Mosquera, refleja una serie de factores. Primero, la imposibilidad de llegar a un acuerdo con el Valencia para el traspaso de Mosquera. Segundo, la necesidad urgente del Atlético de reforzar su defensa y la falta de alternativas viables en ese momento. Lenglet, aunque de calidad, no era la primera opción de Simeone, sino una respuesta a una situación imprevista.