El delantero del Atlético de Madrid, Alexander Sorloth, fue protagonista en el encuentro que disputó con Noruega el pasado viernes ante Finlandia. No precisamente por lo deportivo, ya que el amistoso se decidió con un solitario y tempranero gol de Erling Haaland desde los once metros en la primera parte. El ariete noruego no está en su mejor momento en el club rojiblanco, por lo que quería tener un papel importante en sus compromisos internacionales.
Sorloth tan solo disputó 45 minutos de partido, saliendo en el descanso precisamente por Haaland, el goleador del partido. Apenas tuvo presencia en las acciones de peligro del equipo, y pasó bastante desapercibido hasta los minutos finales, donde se produjo la polémica del partido. Una secuencia que el propio seleccionador noruego calificó de "ridícula".

El desencadenante de la bronca
La chispa saltó en pleno ataque noruego, cuando el centrocampista finlandés, Adam Marhiev, para frenar a Sorloth, tiró de sus pantalones con fuerza, provocando que el delantero reaccionara visiblemente enfadado. En un gesto instintivo, soltó el brazo e impactó en la cabeza del jugador rival. El árbitro pudo mostrar la tarjeta roja, pero finalmente no expulsó al noruego, que se excusaba al acabar el encuentro: "Me irritó todo el partido, luego me tiró de los pantalones, le empujé, no era roja en absoluto."
Además, Alexander Sorloth mostró públicamente en zona mixta sus quejas hacia el colegiado del encuentro: "El árbitro también nos sacó del partido porque pitaba faltas constantemente. Estás muy lejos de él, un toquecito y falta, estoy un poco acostumbrado a eso en España, pero es algo que molesta. Vi la primera parte desde el banquillo y ya me irritó..."

Otro motivo para no convencer a Simeone
El delantero internacional no ha comenzado la temporada de la mejor manera. No jugó ante el Espanyol, y aunque si lo hizo contra Elche y Alavés, el jugador recibió críticas de algunos aficionados. Pese a anotar el gol rojiblanco ante el equipo ilicitano, perdonó bastantes ocasiones en dicho partido, y ante el Alavés, se le vio débil a la hora de pelear los balones.
Simeone le exige regularidad, y aunque su carácter competitivo es una virtud, mal gestionado puede volverse un problema. Para consolidarse como referente, el delantero debe demostrar madurez y transformar su intensidad en un recurso positivo. Sabe que ganarse la titularidad en el Atlético de Madrid no es fácil, por lo que deberá trabajar para mejorar ciertas actitudes.