El Atlético de Madrid cerró su última noche en el Metropolitano con una goleada al Betis que pone a Jan Oblak a un paso de hacer historia. El esloveno, con el tanto encajado ante los verdiblancos, mantiene prácticamente asegurado su sexto Trofeo Zamora, algo inédito en LaLiga. Ni Víctor Valdés ni Ramallets alcanzaron esa cifra. Solo una catástrofe en la última jornada podría evitarlo.
La autocrítica de Jan Oblak
A pesar del récord que acaricia, el discurso de Oblak tras el partido no fue de celebración, sino de profunda autocrítica. El capitán rojiblanco fue claro al analizar la temporada: “Primero hay que ser autocrítico y lo soy conmigo mismo, porque si no las cosas no mejoran”. Su tono era más reflexivo que eufórico.
El portero del Atlético de Madrid apuntó directamente al gran problema del equipo: los partidos fuera de casa. “Está claro que este año fuera hemos estado muy mal, hemos perdido mucho. En casa hemos competido bien, pero fuera hemos perdido muchos puntos. El Atleti tiene que mejorar eso y todo el mundo lo sabe”.
Mala imagen fuera de casa
No se quedó ahí. Oblak insistió en que esta versión irregular no puede repetirse. “Estoy seguro de que se va a trabajar eso, porque el Atlético de Madrid no se puede permitir otro año jugando tan mal fuera”. Sus palabras, lejos de maquillar la situación, ponen presión sobre el club y sobre la planificación de la próxima temporada.
Y es que, aunque el Metropolitano ha sido un fortín, los tropiezos a domicilio han costado demasiado. Derrotas ante rivales de menor entidad, como en Las Palmas o Pamplona, han pesado en la clasificación. Oblak no lo esconde y asume su parte de culpa como uno de los líderes del vestuario.
En el plano personal, el esloveno también miró al futuro con ambición. Mostró su ilusión por disputar el Mundial de Clubes, un torneo que se presenta como la última gran oportunidad de conquistar algo esta temporada. “Hay que entrenar bien, jugar bien, para llegar lo mejor posible. Tengo mucha ilusión y estoy seguro de que lo podemos hacer muy bien”, afirmó.