El Atlético de Madrid vive un final de mercado agitado. Con apenas dos puntos en tres jornadas, el club necesitaba reaccionar y ha logrado cerrar una incorporación clave. Nico González ya está en Madrid y se une cedido desde la Juventus para reforzar una plantilla que pedía piernas nuevas en las bandas.
Una cesión para no tener problemas con el límite salarial
El fichaje de Nico se ha concretado en condiciones ventajosas para los rojiblancos. La Juventus permitió su salida tras fichar a Edon Zhegrova, lo que abrió la puerta a una cesión con opción de compra. Para el Atlético de Madrid, esta operación supone un movimiento estratégico, pues no compromete de forma significativa el límite salarial ni obliga a amortizar un traspaso inmediato.

Diego Simeone suma así su octava cara nueva del curso. El entrenador argentino buscaba alternativas en un equipo que había mostrado falta de chispa ofensiva en el arranque. Nico González puede aportar desequilibrio y frescura en la banda, un recurso que el Atlético llevaba tiempo echando de menos. La expectativa ahora es ver cuánto tarda en adaptarse al sistema del Cholo.
La salida en la que se trabaja
Pero no todo son llegadas en el mercado rojiblanco. La incorporación de Nico obliga a mirar hacia las salidas, y uno de los nombres señalados es el de Carlos Martín. El canterano no ha tenido minutos y la competencia interna se ha endurecido, por lo que su salida parece inevitable.
El Atlético de Madrid prefiere un traspaso antes que otra cesión, buscando obtener rendimiento económico por un jugador con buen cartel en el mercado. El Getafe aparece como el principal candidato, especialmente tras la salida de Jaime Mata y de Uche, movimientos que han dejado espacio en la delantera azulona.
Sin embargo, según informó Matteo Moretto, todavía no hay acuerdo cerrado entre Getafe y Atlético de Madrid por Carlos Martín. Las negociaciones continúan abiertas, pero la operación se encuentra en un punto delicado. El club rojiblanco quiere garantías, mientras que el Getafe busca un precio accesible. El desenlace se espera en cuestión de horas, aunque nada está asegurado.