El Atlético de Madrid podría firmar uno de sus grandes triunfos fuera del césped. El Metropolitano, estadio rojiblanco, estaría a punto de convertirse en el escenario elegido para acoger el primer concierto de Bad Bunny en España desde 2019. Un bombazo que ya empieza a sentirse como un auténtico “robo” a su vecino y rival, el Santiago Bernabéu.
Gil Marín se lleva un bombazo
Desde que se anunció que el nuevo Bernabéu estaría preparado para conciertos de primer nivel, Florentino Pérez dejó claro que quería hacer del estadio merengue un referente mundial. Sin embargo, el regreso del artista más escuchado del planeta en los últimos años podría tener otro destino. Y ese sería el Metropolitano, que ya ha acogido a estrellas como The Weeknd, Karol G o los Red Hot Chili Peppers.

El cambio en una canción de Bad Bunny ha encendido todas las alarmas. En su tema Europa, el puertorriqueño ha sustituido el mensaje “vuelo cancelado” por otro que reza: “Ya hay vuelos disponibles con destino a Europa”. Sus fans lo han interpretado como una señal clara de que una gira por el continente es inminente. Pero lo que pocos esperaban es que uno de los primeros destinos señalados fuese el Metropolitano.
Todo apunta a que el Metropolitano será sede
Según fuentes y movimientos en redes, las emblemáticas sillas de plástico de su disco han aparecido en las inmediaciones de recintos clave. Entre ellos destacan el Estadio Monumental de River Plate, el Velódrome de Marsella, el Estadio Nacional de Perú… y sí, el Metropolitano en Madrid. Todo apunta a que será el epicentro de uno de los eventos musicales más esperados del año.
La ironía no puede ser más grande. Mientras el Bernabéu lleva años preparándose para competir con los mejores recintos del mundo, el estadio colchonero parece haberse adelantado en la carrera por traer a Bad Bunny. Un movimiento que, de confirmarse, pondría en evidencia la estrategia del Real Madrid en materia de eventos.
Para Gil Marín, consejero delegado del Atlético, sería un golpe maestro. Un artista global, millones de ojos puestos en su estadio y una demostración clara de que el Metropolitano no solo brilla con el balón. Brilla también con los focos de la industria del entretenimiento.