Diego Pablo Simeone, técnico del Atlético de Madrid desde hace 13 años, abordó en una entrevista con Maxi Rodríguez para Telemundo la posibilidad de dejar el banquillo rojiblanco. Aunque aseguró estar plenamente comprometido con el presente del club, dejó entrever que en algún momento buscará nuevas experiencias fuera del equipo.
“Desde hace unos cuatro años me preguntan lo mismo: ¿cuándo me iré? Yo vivo el ahora y doy todo por el Atlético porque lo amo”, expresó el entrenador. No obstante, Simeone reconoció que habrá un punto de inflexión, ya sea por decisión suya o del club.
“Puede suceder en un año, cuatro u ocho. Pero llegará un momento en el que necesitaré vivir otros procesos en otros lugares”, añadió.
Un legado que trasciende
“El próximo entrenador será extraordinario. Lo que venga después de mí será muy potente porque dejaremos herramientas para que el equipo siga evolucionando”, afirmó. Simeone subrayó que todo su trabajo en el club rojiblanco ha tenido como objetivo fortalecer al club para el futuro, creando una base sólida en valores y competitividad.
Además, el argentino reflexionó sobre su conexión con el Atlético, un club que ha marcado más de la mitad de su vida. “Llegué en 1994 como jugador cuando el equipo estaba muy mal. Ganamos la Liga y la Copa del Rey en el 96, y la gente se identificó más conmigo”, recordó con emoción.
Transformación del Atlético de Madrid
Simeone señaló que el Atlético actual poco se parece al que encontró al llegar como entrenador en 2011. En ese momento, el club luchaba por no descender, pero su trabajo, junto al del Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo, transformó al equipo en un habitual de la Champions.
“Cuando llegué, Miguel Ángel pedía clasificarnos para la Champions, aunque estábamos a cuatro puntos del descenso. Ganamos la Europa League y conseguimos el objetivo”, recordó. Simeone destacó que esta visión estratégica permitió que el Atlético creciera y se convirtiera en una institución reconocida a nivel mundial.
Compromiso y desafíos
Aunque el futuro es incierto, su compromiso sigue intacto. “El Atlético es mi vida, mi casa, me estimula querer mejorar y competir contra los mejores desde una posición diferente”, dijo. Su legado, más allá de títulos, se refleja en los valores que ha inculcado en el equipo, consolidando al Atlético como un gigante europeo.