Atlético de Madrid y Girona se enfrentaban en un partido de alto voltaje en el Metropolitano. Los de Diego Pablo Simeone, además, se estrenaban frente a su afición en LaLiga tras no pasar del empate ante el Villarreal en el Estadio de la Cerámica. Los de Míchel, que aún no han podido jugar en Montilivi, llegaban con la ilusión de poder salir con vida del feudo colchonero, algo que no pudo conseguir la temporada pasada.
Para evitar que el Girona se saliera con la suya, el Cholo Simeone ensayó durante toda la semana con un once que se terminó confirmando una hora antes del encuentro. Oblak en la portería junto a Robin Le Normand, Giménez y Azpilicueta en la línea de tres centrales. El uruguayo era una de las novedades, entrando en el lugar de Axel Witsel.
Rodrigo Riquelme y Marcos Llorente ocuparon los carrileros, siendo el primero otra de las modificaciones de Simeone al dejar a Reinildo en el banquillo. El centro del campo estaría conformado por Rodrigo de Paul en el lugar de Koke, junto a Pablo Barrios. Y arriba, Samuel Lino y Antoine Griezmann fueron los mediapuntas que acompañaron a un Julián Alvarez que fue la máxima referencia ofensiva.
El "principito" desatascó el partido
Al Atlético de Madrid le costó mucho entrar en el partido. A pesar de mostrar un buen nivel de intensidad a la presión, era el Girona el que controlaba la posesión como si del césped de Montilivi se tratase. Los de Míchel, con una gran personalidad, no se achicaron en ningún momento ante un Metropolitano que no dejó de animar durante todo el encuentro.
Los de Simeone por momentos parecían recuperar el control del encuentro, sin embargo, varias imprecisiones a la hora de mover el balón impidieron que el Girona se sintiera muy incomodado. Eso sí, fueron los rojiblancos los que tuvieron las primeras jugadas de peligro a partir de Samu Lino, quien probó hasta en dos ocasiones a Gazzaniga tras jugadas "made in Lino".
La banda del brasileño era la que más peligro estaba generando, dejando a Marcos Llorente sin grandes oportunidades para crear jugadas. El parón de hidratación a la media hora llegó con unos pequeños sustos de los visitantes por alto a Jan Oblak. Los catalanes son conocedores de los problemas del esloveno en las alturas, por lo que intentaron hacer daño a base de centros.
A los siete minutos llegaría la jugada más polémica de la primera mitad con una mano de Gazzaniga fuera del área que fue sancionada con tarjeta amarilla por el colegiado. Tanto los jugadores del Atlético de Madrid como el Metropolitano estallaron incrédulos por lo que veían. Sin embargo, el cabreo duraría pocos minutos, pues Antoine Griezmann enchufaría el libre directo posterior con un gran golpeo al palo del guardameta para poner el 1-0 en el marcador.
Con varios besos al escudo legítimo del Atlético deMadrid, el francés celebró su primer tanto del curso bajo las felicitaciones de todos sus compañeros. En los últimos minutos de la primera mitad, Jan Oblak apareció en dos ocasiones para detener los tiros de Abel Ruiz sin grandes problemas. El árbitro, tras añadir cuantro minutos, pitó el camino a los vestuarios con un Metropolitano eufórico por el resultado.
Marcos Llorente lo sentenció
Diego Pablo Simeone decidió salir con los mismos jugadores que acabaron la primera mitad, sin cambios. Y le salió bien al técnico argentino, pues no pasaron ni cinco minutos cuando el Atlético de Madrid anotó el segundo de la noche. Fue Marcos Llorente esta el que, tras un pase mágico de Antoine Griezmann, galopó por el Metropolitano hasta realizar un impresionante disparo imparable para Gazzaniga.
Con el 2-0 en el marcador, el Atlético de Madrid ya mostraba una imagen mucho más positiva que en la primera mitad. El Girona no perdía la calma e intentaba mantener el mismo juego con el que comenzó el partido, pero eran los colchoneros quienes tuvieron una mayor precisión de cara a puerta. Para mantener la ventaja, el Cholo decidió realizar los primeros cambios del encuentro dando paso a Koke y al debutante Gallagher, quienes entraron en el lugar de Riquelme y De Paul.
Sin embargo, el Girona seguía insistiendo en recortar distancias ante un Atlético de Madrid que esperaba a la contra para rematar definitivamente el encuentro. Mientras tanto, Reinildo entró al campo en el lugar de Lino para tener piernas frescas en la defensa. Los catalanes comenzaban a apretar, pero no conseguían perforar la portería de un Jan Oblak que se mostró realmente seguro que cada tiro detenido.
No obstante, a los aficionados colchoneros en el Metropolitano se les comenzaba a hacer largo el partido al ver que los suyos no conseguían recuperar el control absootuo. Por suerte para ellos, el marcador volvió a moverse una última vez en la recta final del encuentro gracias al gol de Koke. Una gran jugada de Pablo Barrios, Marcos Llorente y Sorloth permitió que el capitán pudiera poner el punto y final al encuentro.