La eliminación del Atlético de Madrid en el Mundial de Clubes ha generado un aluvión de opiniones, muchas cargadas de decepción, otras de frustración. Pero pocas con la mesura y el conocimiento de causa con la que ha hablado Kiko Narváez, exjugador colchonero y voz autorizada entre los rojiblancos. En su columna en AS y luego en El Larguero de la SER, Kiko ha puesto en palabras lo que muchos piensan, pero pocos se atreven a decir.
Las palabras de Kiko
“Nadie se esperaba irse con seis puntos, ni que el PSG palmara con el Botafogo”, soltó en la radio. Y esa frase resume el desconcierto general. El Atlético ganó dos de sus tres partidos, pero se fue a casa por culpa del cruel golaverage, después de ser arrollado por el PSG en el debut. Un escenario que nadie imaginaba antes de empezar el torneo.

En su análisis en AS, Kiko Narváez rehúye términos como “fracaso” o “ridículo” y pone el acento en la “crueldad” del desenlace. A su juicio, el equipo se recompuso tras el desastroso primer tiempo ante el PSG, ganó a Seattle, dominó al Botafogo y aún así terminó eliminado. No por falta de puntos, sino por detalles que, en torneos cortos, marcan la diferencia.
Arbitrajes poco favorables
Kiko no se esconde al señalar errores propios. Reconoce que las cinco ocasiones claras falladas durante el torneo no son culpa del árbitro, ni del VAR. Lo mismo que la falta de experiencia para contener la goleada en el primer partido. Pero también denuncia que hubo jugadas clave mal arbitradas, como los penaltis no pitados a Giuliano y Julián, o la polémica acción con la ‘Araña’ en el VAR.
El mensaje de fondo es claro: no se puede simplificar todo a “el Atlético ha fracasado”. Según Kiko, hay un contexto y una evolución que merecen matices. No se trata de justificar, sino de entender por qué un equipo con seis puntos termina eliminado y cómo eso debe influir en la planificación que viene.
Ahora el balón pasa al despacho. El Atlético de Madrid ya se ha movido con fichajes como Johnny Cardoso y Álex Baena, que están al caer. Pero como bien apunta Kiko Narváez, aún falta reforzar varias zonas clave para dar ese salto de calidad definitivo. Y entonces, quizá, ya no haya que hablar de decepciones como la de este Mundial.