La etapa de Saúl Ñíguez en el Atlético de Madrid ha llegado a su fin. El centrocampista ilicitano ha sido presentado como nuevo jugador del Flamengo y no ha tardado en compartir sus primeras impresiones. En declaraciones a Flamengo TV, dejó claro que su decisión no fue únicamente económica, sino que hubo un fuerte componente emocional.
Las primeras palabras de Saúl en Brasil
"Cuando te llama un club como Flamengo, tienes que ir, no se puede rechazar", afirmó tajante el exrojiblanco. A pesar de haber recibido propuestas desde distintos puntos de Europa, incluyendo una oferta muy potente del Trabzonspor, Saúl se decantó por el reto brasileño. El mediocentro explicó que Turquía fue la opción más cercana, pero que sintió algo especial por el conjunto carioca.
Durante su paso por el Atlético de Madrid, Saúl Ñíguez vivió momentos de gloria, con títulos y partidos memorables. Sin embargo, en los últimos años su rol en el equipo fue perdiendo peso. Ahora, con 29 años, ha optado por dar un giro en su carrera y probar suerte en Sudamérica. La conexión con Filipe Luis, ahora técnico del Flamengo, fue un factor determinante.
Filipe como influencia
“Filipe ya me hablaba del Flamengo cuando estábamos en el Atlético. Ahora que es mi entrenador, sé lo que me pedirá y eso me motiva aún más”, reconoció Saúl. El centrocampista también se refirió al alto ritmo competitivo del fútbol brasileño, afirmando que está acostumbrado a jugar cada tres días desde muy joven. “En el Atlético era lo normal entre Champions, Copa y Liga”, añadió.
La salida de Saúl Ñíguez supone el cierre de un ciclo largo y emocional en el Atlético de Madrid. Canterano, símbolo de esfuerzo y entrega, su marcha deja huella entre los aficionados colchoneros. A cambio, el club libera masa salarial y continúa su renovación de plantilla.
Flamengo se asegura a un jugador con experiencia internacional, capaz de aportar equilibrio y jerarquía en el centro del campo. Y Saúl, por su parte, arranca una etapa que promete ser intensa y apasionante. Su objetivo es claro: recuperar protagonismo, sentirse importante y volver a disfrutar del fútbol.