El Atlético de Madrid vuelve a moverse con astucia en el mercado de fichajes. Según informa Sky Sports, el conjunto rojiblanco ha puesto sus ojos en Antony, el extremo brasileño del Manchester United, cuyo futuro sigue sin resolverse. Una operación que puede convertirse en un nuevo golpe para Manuel Pellegrini y el Real Betis, tras el fichaje de Johnny Cardoso.
El Betis se aleja
El técnico chileno del Betis soñaba con incorporar a Antony mediante una cesión, como hicieron la temporada pasada. El brasileño era uno de sus fichajes estrella para reforzar las bandas, pero las pretensiones económicas del United complican cualquier posibilidad. El club andaluz ve muy complicado traerlo de vuelta, pues no pueden pujar grandes cantidades de dinero por él.
El Atlético de Madrid, sin embargo, no ha dejado de seguir de cerca la situación. Aunque no ha presentado una oferta formal, Diego Simeone considera que Antony puede encajar perfectamente en su esquema. Su perfil rápido, eléctrico y con desborde gusta mucho en el Metropolitano, sobre todo si se confirman salidas en el frente ofensivo.
Desde Manchester tienen clara su decisión
Desde Manchester están dispuestos a escuchar propuestas. El United quiere aligerar masa salarial y considera sabe que liberar su salario e ingresar dinero por él será clave para el verano. El Atlético, atento, podría lanzarse si se abre una ventana económica más asequible.
Antony también tiene propuestas de Arabia Saudí, que le ofrecen sueldos multimillonarios. Sin embargo, su entorno ha dejado claro que la prioridad del futbolista es continuar en Europa. El jugador aún cree que tiene recorrido en la élite y no está dispuesto a dar el salto al fútbol saudí a sus 24 años.
El Bayer Leverkusen ha sido el único club que, junto al Betis, ha realizado un contacto directo con el United. Pero la entrada del Atlético en la puja podría cambiar el escenario. El equipo de Simeone parte con ventaja por competitividad, visibilidad y ambición deportiva. Este nuevo interés del Atlético de Madrid supone un duro mazazo para Pellegrini, que ve cómo otro de sus objetivos escapa por falta de músculo financiero.