La situación de Joao Félix ha vuelto a ser tema de conversación entre los aficionados y los analistas del fútbol. Tras su salida del Atlético y su fichaje por el Chelsea el pasado verano, se esperaba que el delantero luso pudiera consolidarse como un jugador clave. Sin embargo, la realidad ha demostrado ser muy diferente, y Simeone sabe cual es el problema.
La travesía de Joao Félix
Joao Félix dejó el Atlético de Madrid por un monto cercano a los 52 millones de euros. Sin embargo, su paso por el club colchonero no fue lo que muchos esperaban. A pesar de tener un talento indiscutible, su actitud y falta de compromiso en momentos cruciales llevaron a que Simeone decidiera apartarlo del equipo. La culminación de su carrera en el Atleti llegó de manera abrupta, tras un intento fallido de integrarse al Barcelona, lo que terminó por dejar una mala impresión.
Ahora en el Chelsea, la historia parece repetirse. En la Premier League, Joao ha tenido un inicio muy discreto. Solo ha anotado un gol desde su llegada y no ha sido titular en ningún partido de liga. Su desempeño hasta la fecha ha dejado mucho que desear, lo que ha llevado a muchos a cuestionar su capacidad para adaptarse a diferentes entornos.
Simeone sabe cual es el problema del portugués
Simeone ha comentado en varias ocasiones que Joao tiene un talento excepcional, pero también ha señalado que la falta de esfuerzo y consistencia son factores que limitan su desarrollo como futbolista. "Es un jugador con un talento enorme", comentó en el pasado el técnico argentino. Sin embargo, parece que tiene el mismo problema con todos los entrenadores, su falta de constancia y trabajo no gusta.
El Cholo ha visto cómo Joao ha tenido dificultades para afianzarse en cada uno de los clubes en los que ha estado. En el Chelsea, su falta de protagonismo es evidente; en ocho partidos, solo ha sido titular en dos y ha jugado menos de la mitad de los minutos posibles. En el último partido contra el Nottingham Forest, su participación se limitó a apenas nueve minutos. Esto pone de manifiesto que, a pesar de su potencial, no ha logrado demostrar su valía.