Que el Atlético de Madrid esté pasando por su peor momento de la temporada es un hecho. El equipo se cae en pedazos cuando juega de visitante y la eliminación en semifinales de Copa del Rey sigue pesando a la afición. En este sentido, la actuación individual de varios jugadores están mermando la paciencia de muchas personas y, en muchos casos, de manera justificada.
Uno de estos jugadores que están levantando cierto cansancio en las gradas del Metropolitano es Nahuel Molina. El carrilero argentino está muy lejos de su mejor nivel, que llegó tras la finalización del Mundial donde se proclamó campeón del mundo. Su temporada, más allá de los números, donde parece que no es tan mala como parece, está dejando mucho que desear.
Lejos de su versión en el Mundial de Qatar
Sus titularidades en partidos importantes no están siendo compartidas por muchos aficionados, que no entienden la confianza de Simeone sobre su compatriota. Sus cinco asistencias no justifican la irregularidad del Molina, quien se ha mostrado más dudoso e impreciso que nunca. Sin irnos muy lejos, en el partido contra el Cádiz, donde solo jugó la segunda mitad, fue el jugador del Atlético con más pérdidas (18).
Y es una dinámica que se ha repetido en varios partidos, donde Molina no está mostrando nada de acierto en sus pases. Y esto es un factor diferencial para un carrilero, pues a lo largo de toda una temporada, puede dar varias asistencias de gol. Por otro lado, otro problema que se vive con Nahuel son las pérdidas que se producen en campo propio que han dado varios problemas a sus compañeros.
No consigue ser una pieza diferencial
A pesar de haber jugado hasta 38 partidos, los minutos de Nahuel no están sirviendo para ser un jugador clave. Más allá de algunos destellos a principios de temporada en Champions League, el argentino no transmite el mismo peligro que hace un año. Y tampoco es que haya algún sustituto que pueda mejorar su rendimiento porque el Atlético no cuenta con un carrilero derecho puro.
Desde el año pasado, se usó de Marcos Llorente y, a pesar de dar incluso un mejor nivel, se nota fuera de posición. Riquelme también intentó hacer de relevo, pero, al igual que Llorente, tampoco está en el lugar donde más rendimiento puede dar. Lo preocupante está en que los dos sustitutos artificiales están dando mejores sensaciones que el carrilero puro.
Por el momento, es una incógnita si el puesto de Molina en el Atlético de Madrid peligra, pero muchos aficionados evidencian su posición. Lo que está claro es que Nahuel Molina se encuentra obligado a aumentar su nivel, tanto por sí mismo como por el bien del grupo. Ha demostrado que cuando está acertado puede ser un jugador muy interesante, pero cada vez está más lejos de su peak.